¿Qué era lo que veían los ciudadanos a través de los espejos? ¿A un rey? ¿Un dios? ¿O era tan solo un embaucador?Muchos de los observadores, demasiado ocupados con la guerra propia, no habían llegado a escuchar de aquellos conquistadores y su gloria. Por ello, no podían creer en aquella fantasía, aun si era la propia reina quien la narraba.
Ya los ciudadanos se habían cansado de esperar ayuda, rezaba, pero no como un acto de súplica, sino como una manera de encontrar paz.
¿Quiénes eran ellos entonces? ¿Qué pretendían al contar esta mentira y porque la reina que tanto amaban los secundaba?
Pocos, o quizás ninguno creía en aquel escenario, que de ser cierto, sería un verdadero sueño. Si la gente del reino draconico aun creyera en cuentos, habrían tomado el rosario en lugar de la lanza. Y habrían creído en esas palabras.
¿100.000 Demi-humanos en una noche? ¿Qué clase de dios sería capaces de tal hazaña?
"Son solo hombres" pensaron y murmuraron algunos que no creían en tan convenientes salvadores.
Y pareció que el mundo mismo reacciono a la duda de los ciudadanos, pues en pocos segundo el sol desapareció de la vista.
La mañana melancólica con el cielo cubierto con nubes grises, y un viento helado golpeando el rostro de los ciudadanos, contrastaba perfectamente con lo todos sentían. Miedo y tristeza, por pensar qué clase de artimaña habían ocupado aquellos seres con la reina ¿habría sido la misma magia que aterro a los oficiales de la guardia el día anterior? ¿Era el mismo truco que habían ocupado aquellos para vencer a Gazef Stronoff?
Momonga, quien ya era objetivo del hechizo realizado por Draudillon, pudo sentir el descontento de los ciudadanos, pudo verlo en esos ojos que dudaban, y sus compañeros también podían notarlo.
Estos no eran los pacíficos pobladores del pueblo Carne, que además de verlos actuar en persona, tenían un corazón cálido y amable con el cual los aceptaron. Pero estos no, estos humanos curtidos por la guerra, golpeados por el hambre no aceptarían a estos hombres tan fácil, ni a la fantasía que deseaban venderles.
"Nunca creímos que sería fácil" se dijeron los dos supremos, que superaban a Satoru Suzuki en edad.
Dos hombres consumados, golpeados por la burocracia, y teniendo el poder en sus manos, conocían bien a los hombres que luchaban día con día, y en especial a aquellos que perdían algo.
Los ciudadanos, para TouchMe y Ulbert, ahora se veían como aquellos empleados a los que ellos estaban obligados a despedir. En su mundo ningún trabajo era 100% seguro, y una llamada de recursos humanos era siempre una mala noticia.
En este caso, los pobladores eran marginados, para los cuales cualquier mesías o salvador era no más que un embustero, un maldito estafador.
Esa era la razón por la que ambos le pidieron a Momonga que saliera a escena en su lugar. Pues por alguna razón, hasta este momento, ya fuera en E-Rantel, Re-Estize o Carne, ese hombre había logrado superar el miedo que habita en el corazón humano, logro romper esa barrera y convencer a todo con el que hablaba, que él era de confianza.
De haberse dedicado más a su trabajo, TouchMe y Ulbert aseguraban, que ese hombre los habría superado en rango y salario.
"El carisma de un demonio habitaba dentro de un tímido joven antisocial" Aquel pensamiento hacía que los otros dos reflexionaran sobre el gran sentido del humor que tenía el mundo al momento de brindar talento.
Pues a pesar de que la suerte siempre parecía estar de su lado, ellos dos no podían negar que las palabras del Overlord calaban profundo en el corazon, y prueba de ello era su posicion dentro del gremio, pues a pesar de no ser el mas fuerte, y aun por encima de su talento como estratega, lo que realmente hacia a Momonga el ideal para dirigir el gremio era su facilidad para entablar amistad con otros.

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Overlord: Trinidad Caps 170-???
FantasyEsta es la historia de Overlord trinidad, las partes que siguen