Parte 209

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El demonio que sostenía la espada de un héroe entre sus manos vio descender a los seres supremos sobre este sucio campo. Debió sentirse mal al ver que el calzado de sus amos era ensuciado por la sangre de los indignos demi-humanos.

Junto con ellos se encontraban Draudillon y Clementine. Pandora's Actor y Aura aún se estaban sobrevolando el área, atentos, vigilando que ningún enemigo se acercara.

-¿Ocurre algo malo?- pregunto Demiurge.

-Esa arma, gran invocador, pertenece a un héroe que...- logro decir Draudillon antes de ver el cadáver acribillado de Cerebrate y las cabezas cercenadas de sus compañeras.

La reina enmudeció, y junto sus manos para orar.

Ulbert parecía tener algo que decir respeto a la escena, pero antes de que este pudiera hablar, se escuchó el sonido del acero vibrar.

Demiurge, Momonga y Ulbert miraron sorprendidos como TouchMe había decapitado a los 4 hombres gacela que se encontraban indefensos en el suelo.

-¿Por qué hiciste eso?- le pregunto Momonga, quien pensaba que Demiurge quería usar a esos 4 para sus experimentos en Nazarick.

-Eran gacelas. Herbívoros si no me equivoco ¿Por qué matarlos?- pregunto Ulbert, creyendo que no haría daño dejarlos vivos.

Pero la lógica del caballero era un tanto diferente.

-Puedo entender que los demi-humanos carnívoros vengan aquí en busca de comida- expreso el campeón mundial. -¿Pero que tenían que hacer aquí un montón de comer hierbas?  Si fueron lo suficientemente fuertes como para matar algunos demonios, es claro que no eran prisioneros de guerra. Y esta clase de idiotas que va a la batalla sin un propósito no merecen vivir un segundo más.  Demiurge, ya sea que los quisieras para experimentos o para interrogarlos, no valen la pena. Si necesitas sujetos de prueba elige  a algunos de los otros-

Demiurge se inclinó y respondió con agradecimiento al campeón mundial. Aun así, Ulbert y Momonga creían que el ser herbívoros era justamente por lo que Demiurge los quería, pero dada que esta era una operación de TouchMe, permitieron que este tomara las decisiones sobre los prisioneros. Además, no era bueno discutir frente a Draudillon.

Demiurge levanto la cabeza y concentro la mirada en la preocupada reina.

-La reina parece tener una deuda importante con ese hombre- Dijo Ulbert al notar el interés de su hijo.

Demiurge no debió preguntar más. La razón de que sus amos bajaran para contemplar el cadáver era para cumplir con la deuda de Draudillon, que ahora debía ser también suya, por el honor como demonio de Ulbert y sus responsabilidades con su nueva mascota.

-En ese caso... Parece ser que este humano murió contra los demi-humanos antes de que llegáramos- dijo Demiurge señalando al cadáver. –Draudillon, puedo imaginarme qué clase de deuda tiene con este hombre, por tanto sugiero la resurrección para pagar dicha deuda. Eso debería ser suficiente ¿Verdad?-

La resurrección, sin importar si fuera de Nazarick o de este mundo, era algo sumamente costo.

Las varitas de resurrección y las habilidades de Pestonya valían una fortuna. Era un enorme despilfarro usar dichos métodos en ese aventurero, que bien podría volverse un enemigo en el futuro, dada su relación hostil con los no-humanos, por lo que Demiurge deseaba sugerir que fuera Khajiit el encargado para comprobar sus habilidades con la resurrección.

Pero para sorpresa de Demiurge, Draudillon movió la cabeza de un lado al otro.

-Solo revivirlo a él no será suficiente...- dijo la reina y miro fijamente las cabezas de las demás aventureras. –Cere ha peleado demasiados años por el reino. A estas alturas, solo su resurrección no será suficiente para pagar la deuda que yo y mi gente tenemos con ellos, pero no hay nadie en el reino draconico que pueda usar la magia de resurrección. Por eso mis amos...- Draudillon se arrodillo. –Les suplico que revivan a Cristal Tear's-

Draudillon se planteó agregar un "Les prometo que lo compensare" pero dado que ya les había dado todo a sus amos, incluyendo su futuro, esas palabras podrían ponerla en problemas. Así que solo podía dejarlo todo en la benevolencia de los conquistadores.

Demiurge se mostró ofendido por la solicitud de Draudillon. Revivir a ese aventurero no traería ningún beneficio para Nazarick, por lo que sus amos ya habían demostrado suficiente piedad al ofrecer una resurrección. Revivir a los 5 ya no era cubrir la deuda de Draudillon si no ceder ante los deseos de esta.

Y tras sentir la furia por parte del demonio, la persona menos pensada salió en defensa de esta idea.

-Demiurge-sama, permita mi insolencia- Dijo Clementine, volviendo a su papel como santa. –Los aventureros son humanos que se enfrentan a innombrables peligros junto a un equipo confiable a través de los años. Estos aquí, son famosos aventureros de rango Adamantina, y puedo asegurarle de que sus lazos son profundos e importantes para ellos. Por ello, si me lo permiten, debo decir que esta lucha de años debe ser pagada con la resurrección del aventurero Cerebrate, pero reina Draudillon, sus compañeras, con ellas usted no tiene ninguna deuda-

Draudillon aposto su vida. Tal como esas chicas lo habían hecho en cada batalla y se atrevió a replicar la afirmación de Clementine.

-Estas chicas también lucharon por el reino. Arriesgaron su vida al igual que Cerebrate y estoy segura de que murieron protegiendo este reino- dijo.

Las palabras de ambos lados captaron la atención de TouchMe. Pero...

-Las compañeras de Cerebrate, a quienes ellas rescato durante su juventud y entreno a través de los años, siguieron a Cerebrate por una deuda personal. Usted tiene una deuda con Cerebrate y la pagara con su resurrección, pero esas mujeres jamás hicieron un trato con usted, y pelearon guiadas por el deseo de pagar su propia deuda. Como ve, usted no les debe nada- dijo Clementine.

Draudillon, que ya había tenido sospechas lo confirmaba ahora. Clementine realmente no era una jugadora. Por la cantidad de información que manejaba, y por su forma de hablar, debía ser una sacerdotisa budista de las tierras del este, o una sirviente de los seis dioses de la teocracia. Como sea, Clementine sabía demasiado y sus lengua era afilada. Draudillon no tendría oportunidad de ganar esta batalla verbal.

Pero no era necesario que Draudillon dijera más. Con la información que había dado Clementine, TouchMe ya había tomado su decisión. Y Ulbert también tenía las suya.

El único que faltaba por elegir era Momonga, quien había estado ignorando la discusión, y durante este tiempo analizo  el arma que el demonio tenía en sus manos.

-Esa arma, déjame verla Demiurge- dijo Momnga y solicito la espada de Cerebrate.

Los otros dos supremos estaban confundidos. Si bien conocían el espíritu coleccionista de su amigo, creyeron que este tendría más interés sobre la resurrección de este equipo de aventureros.

-Aquí tiene, Momonga-sama- dijo Demiurge mientras entregaba el arma al overlord.

El hechicero negro no tardo ni un segundo para lanzar sobre el arma un hechizo de reconocimiento. Y entonces...

Momonga rio. Para desconcierto de los dos demonios, el insecto humanoide, la humana y la dragnoid, Momonga rio, como si le complaciera aquello que veía dentro de su mente, al explorar las especificaciones del arma.

Intrigados, Ulbert y TouchMe estaba por pedirle a su compañero que se las prestara, cuando este metio su mano en su inventario, y de él saco dos grandes mantos blancos.

-No tenemos tiempo para esto ahora- dijo y arrojo los dos grandes trozos de tela a Clementine.

La asesina recibió ambos con una expresión de perplejidad.

-El cuerpo del aventurero y las cabezas de las mujeres, envuélvelas en eso. Deja los cuerpos, no tenemos tiempo para buscarlos, sus cabezas deberían bastar- dijo Momonga y se alejó de todos para que Draudillon no pudiera escuchar.

El overlord saco un pergamino de mensaje y lo uso. Ni siquiera Ulbert o TouchMe sabían que estaba planeando su compañero. Pero veían en él esa chispa que le rodeaba antes de una gran batalla.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora