Parte 309

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Se contaba una leyenda, mas antigua que los jugadores o los humanos, incluso anterior a Aiko. Se decía que un animal, no un monstruo, ángel o demonio, sencillamente un animal, que al inicio de su vida no posea ni siquiera raciocinio, desarrollo un arma, con la cual asesto un golpeo al orgullo y la razón de los dragones.

Él fue el creador de las artes marciales, un sisma ajeno a Aiko y las propias creaturas aladas que una vez gobernaron el mundo. Y aunque aquella historia es tema para otro día, hoy resonaba en este campo de batalla.

Las artes marciales no fueron creadas para luchar contra los dragones o los jugadores, sino contra ese mismo sistema que todos nombraron [Magia]

Y que nunca se dudara del poder de un dragón que abandono el orgullo, y aprendió las habilidades con las que las razas inferiores aniquilaron a los suyos. Y que nunca se dudara de ese sistema, que los dragones, ángeles, espíritus y demonios nombraron como enemigo, pues ello permitió a Kercronis lastimar a Shalltear, porque ello era lo que ahora hacia posible que las garras, que las filosas garras del dragón, penetrasen por encima de las habilidades, magias y protecciones raciales.

La sangre cálida de la verdadera y una vampiro sangre pura baño las garras de Drauko, y un poco de la helada sustancia azulada que salía del insecto le salpico en la cara.

Ojala esto hubiese sido el final, ojala con ello Drauko hubiese matado a los guardianes, pero por su puesto, aún seguían ahí las miradas retadoras del insecto y la vampiro, aun seguía ahí su voluntad de pelear y el deseo por arrancarle la cabeza.

Drauko podía ver el daño hecho. Quizás sus cuerpos dieran una mala impresión, pero sus vidas, su hp apenas había bajado, y aun estaba muy lejos del cero. Como sea, él no esperaba menos de los conquistadores de tres ítems mundiales...

-[Endurecimiento]- recito el dragón y su mana.

No era un ataque, no era ninguna clase de habilidad ofensiva. La magia solo endureció un pedazo de terreno bajo de él. Y entonces el dragón retiro sus garras.

La cola de Drauko brillo antes de que siquiera el pronunciara su habilidad.

-[Cola de hierro]-

Los dos guardianes que intentaban convocar magia en el aire fueron golpeados por la cola del dragón, y entonces se vio el propósito de la tierra endurecida.

En lugar de quedarse enterrados en el suelo por el impacto, después de ser azotados por la larga cola de Drauko, los guardianes rebotaron contra el suelo y volvieron a estar en el aire.

¿Cuántas fuerza se necesitaba para que un objeto se levantara tanto después de chocarse contra el duro suelo?

El complicado rostro de los guardianes decía mucho de si. No sabían exactamente que hacer. Durante toda su vida combatieron contra jugadores, jamás imaginaron tener que enfrentar a esta clase de creaturas de dimensiones tan grandes, y sus creadores tampoco.

No tenían programada ninguna contra acción a los ataques del dragón. Pero no por ello estaban indefensos.

Al ver que la cola estaba por azotarlos de nuevo, Shalltear extendió las alas blancas de su espalda. No sabia si era posible volar con ellas, después de esa extraña magia, pero creyó que valia lapena intentarlo.

No se equivoco.

Shalltear logro aletear y evitar así el golpe de la cola.

La táctica de Cocytus fue mas extrema.

-[¡Pilar de hielo!]-

Sobre la tierra enfurecida de Drauko se materializo un enorme pilar azulado, hecho de hielo que pronto golpeo a Cocytus, dañándolo un poco, pero además dándole una plataforma donde apoyarse.

La cola de Drauko golpeo a Cocytus y su pilar, destrozo al segundo y gaño al primero, pero ese último ataque le saldría bastante caro.

El dragón grido de dolor. Ya con una plataforma donde poner sus pies, justo después del ataque del dragón, Cocytus arremetió con sus 4 armas, y en un instante, arrebato la punta de la cola del dragón.

Drauko aporreo el suelo, causando que muchas pequeñas piedras salieran disparadas como balas, y las ocupo como distracción para retroceder.

Shalltear volaba, y Cocytus se erguía orgulloso sobre su pilar.

-¿Cuánto MP le queda, Aureole?- pregunto la vampira.

-No lo suficiente como para otro ataque como antes- respondió la sacerdotisa.

-¿Y cuanto hp nos queda?- pregunto la guardiana de los primeros tres pisos.

Sin mentir, Aureole respondió. -Mas del 80%- y revelo esa información por la misma razón que Shalltear tenia para preguntarlo. Apuntaban a desmoralizar al dragón.

Dentro de si mismo, el dragón sonrió amargamente. Aun con las artes marciales, aun después de tantos trucos seguía en desventaja, y apenas había pasado medio minuto desde iniciada la batalla. Sus hijos no estaban cerca de desatar sus magias.

-Ustedes son los jugadores mas poderosos que he enfrentado en mi larga vida- declaro Drauko.

Sus hijos, concentrados en sus hechizos no hicieron comentarios al respecto, pero les dolió en el corazón escuchar a su padre dar esas palabras, que mal interpretaron como ultimas.

Pero dentro de si mismo, con un plan en mente se reafirmó, que no eran las creaturas mas peligrosas con las que había peleado, ni de las que había escuchado hablar.

Una explosión se escucho a lo lejos, y junto a ella el grito de una mujer. Recordatorio para Drauko, que aun si estos fueran las creaturas contra las que jamás había peleado, no por ello perdería o dejaría de pelear.

Ese mismo sonido recordó a los guardianes que esto era una lucha contra tiempo. Y por lo amenazadores que se veían los domos blanco de ellos hijos de Drauko, lo mejor era no darles oportunidad.

"Sin mana" pensaron

"Sin vida" pensaron

Drauko había gastado sus pocos recursos, este debilitado dragón, que antes de iniciada la batalla lanzo un ataque que pudo haber dejado una cicatriz en el mundo, creyeron ellos, estaba ya librando una batalla por mera inercia.

Y los guardianes aun tenían muchas cartas que jugar.

-¡No podremos detenerlos sin derribar primero a ese des***ciado!- grito Shalltear. -¡Cocytus, ahora iremos con todo!- declaro la vampiro con alas ángel.

Cocytus apunto su espada con dirección al dragón.

-[Ice Age]- recito, y el suelo congelo.

30 centímetros de hielo cubrieron el suelo, cambiando por completo el clima de la noche.

Las patas de Drauko quedaron envueltas en el hielo. No le lastimaron por fortuna, y el hielo no pudo atravesar el domo blanco de la magia de super nivel. Pero esta superficie tan resbaladiza, era lo que Cocytus necesitaba para moverse mejor, y ahora que no había mana para un segundo infierno, ese hielo se quedaría ahí el tiempo que el guardián si lo necesitara.

Shalltear de pronto se vio rodeada por pequeñas creaturas oscuras, sus familiares, a los cuales, sin piedad comenzó a matar con su lanza, y así, curo todas sus heridas. El poco hp que Drauko le quito, lo recupero enseguida.

Y sino fuera suficientemente malo, lo peor aún estaba por llegar...

-[Einherjar]-

Una segunda shalltear apareció, hecha de algún material alba, pero que exhibía el mismo poder físico que la guardiana.

Pero... a pesar de encarar la guardiana que solo una vez perdió un duelo, al demonio que custodiaba el piso de hielo, y la mano derecha de la diosa Rubedo, el dragón no temblaba.

-[Fortaleza impenetrable]- Susurro, a ojos de los confundidos guardianes.

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Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora