Parte 257

1.3K 160 41
                                    


¿Por qué nos atacó?- pregunto el hechicero negro.

La pregunta fue graciosa, era realmente divertido darse cuenta de aquello. Los ojos de la campeona se llenaron de luz. La sacerdotisa rio de manera delicada, como lo haría una dama ante una broma.

Lizzie parecía aterrada, y su nieto debió sostenerla para que esta no cayera.

El emperador y Ramposa se sintieron vacíos. Lakyus casi vomita. Saikano y su hermana rezaron sutras en voz baja.

¿No era divertido acaso? ¿No era grandioso? ¿No era la peor cosa que pudo pasarle a la humanidad?

-Responda, Ramposa ¿Por qué nos atacó?- Pregunto, esta vez con mayor insistencia.

Los hombres que derrotaron al lord dragón de platino, que conquistaron y masacraron las ciudades demi-humanas en una noche...

Los malditos monstruos que derrotaron al Overlord...

Fue Ramposa quien los ataco. Un insignificante humano, reto a tres dioses.

Después de ver su poder, después de darse cuenta de que ellos tenían pleno derecho para arrasar con todo el reino, el Nix no dejaba de preguntarse "¿Por qué?" ¿Por qué seguía vivo Ramposa? ¿Por qué su nación seguía en pie?

Ramposa se tragó el vómito que le subía por la garganta, y hablo con la lógica que desencadeno el primer ataque.

-Ustedes... ustedes tomaron este pueblo por la fuerza- fue todo lo que logro responder el anciano rey sin hacerse ver como una marioneta.

-Miente- dictamino TouchMe. –Todos los pobladores del pueblo Carne, puede preguntarles uno por uno si acaso usamos la fuerza para unirlos bajo nuestra bandera-

-Nosotros no usamos la fuerza para tomar este pueblo, sino por el contrario, la usamos para impedir que usted lo tomara- agrego Ulbert.

-¿Pueden llamar ladrón a un hombre que intenta recuperar algo que le fue quitado?- 

-Puedo llamar infantil a un niño que comienza a llorar porque alguien tomo un juguete que ya no usaba- dijo el asesino del desierto, lleno de furia. –El pueblo Carne se encontraba en total abandono- declaro el emperador. –No había soldados protegiendo este pueblo fronterizo, los granjeros no tenían herramientas apropiadas para trabajar la tierra ¡No había medicinas ni un médico para las cientos de personas que viven aquí!-

-Ooal...- pronuncio Momonga el nombre de emperador de su amigo para calmarlo.

-Tampoco había un sacerdote que pudiera sanar las heridas de todos. De hecho, de no ser por Nfirea y su abuela el pueblo Carne hace mucho que hubiese caído en la miseria- dijo y señalo al chico al fondo de la sala. –Pero aun así, aun después de haber ignorado este territorio durante décadas, después de cobrar los impuestos sin devolverle a esta gente nada a cambio ¿Se atrevió a nombrar este territorio suyo después de que nosotros decidimos hacernos cargo?-

El rey bajo la mirada, pero no por vergüenza. El viejo sintió lastima por los nuevos e inexpertos monarcas.

-Hace no mucho, un académico planteo la idea de que los hombres se gobernasen a sí mismos. Que los reyes abdicaran de sus coronas y fuese el propio pueblo el que eligiera quien gobernaría sobre ellos- Declaro el rey. –Ese mismo hombre hablo sobre dar más impuestos a los pueblos más lejanos. Creyó que al fortalecerlos, el reino entero se haría más fuerte-

El rey mencionaba aquello como si se tratase de una broma, y por la tranquilidad del Nix, parecía que aquel regente compartía el sentimiento.

-¿Se imaginan el desastre que provocaría esa locura? Las personas asesinándose unas a otras, amenazándose y extorsionando para lograr ser elegidas. Sin reyes para dirigir a las naciones, la población perdería su figura de liderazgo. Un gobernante sin autoridad divina no tardaría en ser asesinado y reemplazado, comenzando una lucha eterna por el poder. Por su puesto, su otra propuesta era tan descabellada como la primera ¿Por qué dedicar más dinero a las zonas que menos producen?  Lo normal es mejorar la capital y ciudades comerciales, obtener más ingresos de esos lugares, y una vez esas ciudades hayan progresado, es entonces y solo entonces cuando los pueblos se vuelven prioridad y crecen con el fin de convertirse en ciudades. Ooal-dono ¿Puede acusarme de abandonar al pueblo Carne? Yo no lo creo. Jamás los impuestos subieron, ni fueron demasiado altos. La gente del pueblo Carne siempre tuvo suficiente para sobrevivir, incluso en los inviernos. Aun cuando la guerra nos tenía contra las cuerdas, jamás se pidió más de lo que podían dar, y era una de nuestras prioridades convertir este lugar en una gran ciudad algún día, al igual que a los demás pueblos de la zona-

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora