Parte 270 3 de 3

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Lo más costoso del plan de Momonga no eran los ítems ni el oro involucrado en la creación del cuerpo que quería dar a la hija de los Baraja; lo más costoso de ese plan eran los dos deseos de la estrella fugaz que se necesitaban para llevarlo a cabo.

En Yggdrasil existió un hechizo de supernivel llamado [Deseo de la estrella fugaz], un hechizo conocido como el más poderoso y el más débil de los de su clase. Solo podía ser aprendido a nivel 95, y para activarlo hacia falta consumir del 10% al 50% de los puntos de experiencia totales del jugador. Eso quería decir que si un nivel 100 lo usaba perdería 10 niveles o 50 si es que hacía uso del máximo permitido para el hechizo, e incluso así cabía la posibilidad de que el resultado fuera desfavorable para el lanzador.

Si la perdida de niveles no fuese por si misma bastante mala, el hechizo no aseguraba buenos resultados, pues el efecto era elegido al azar, y había bastantes efectos de broma incluidos en las opciones de la habilidad. Un hechizo de esta clase no valía la pena, y durante mucho tiempo se le considero inútil, hasta que un día se anunció una lotería especial.

[El anillo de la estrella fugaz] Era el ítem de mayor valor que se sorteaba en una lotería durante navidad. Ese ítem con bajísimas posibilidades de ser ganado convertía al hechizo de supernivel mas inútil en el más poderoso, pues al usarlo el jugador no perdería experiencia al activar el deseo de la estrella y además podría elegir el efecto que deseaba activar con el deseo.

El anillo se consideró tan valioso como algunos ítems mundiales, pero pese a ser tan poderoso, tenía un problema. El anillo era extremadamente raro. Pocos gremios tenían uno en su poder, y se supo que en todo Yggdrasil solo existieron 32 de esos anillos, dos de los cuales ahora Momonga tenía en su poder, ya él mismo gasto su bono navideño para ganarlo y Yamaiko lo obtuvo al primer intento por un golpe de suerte.

El otro aspecto negativo del anillo, y el más importante, es que era consumible. Solo se podían pedir tres deseos con el anillo antes de que este desapareciera, por lo que ahora mismo Nazarick solo podía contar con 6 deseos de ese hechizo.

En este mundo el deseo de la estrella fugaz no tenía grandes limitaciones, podía cumplir casi cualquier cosa, por lo que poder pedir 6 de esos deseos bien podrían permitirles a los seres supremos cambiar este mundo.

Por tanto, desperdiciar dos de ellos en revivir a una simple niña era no solo caro sino estúpido.

Pero para fortuna de Momonga, en este nuevo mundo había encontrado un tesoro invaluable; algo incluso más valioso que esos anillos...

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Enri y Nfirea fueron convocados por los seres supremos. En esta ocasión, a la nueva guardiana del área exterior se le otorgo el privilegio de conocer la verdadera base de sus amos. A través de un portal negro, ambos llegaron a un lugar de ensueño; el templo de cerezos en el octavo piso.

-Bienvenida a Nazarick, Enri-chan- saludo miko a la recién llegada. –Mi nombre es Aureole  Omega, soy una guardiana al igual que tú, pero a diferencia yuya yo defiendo esta área interior dentro del hogar de nuestros amos- Revelo la dulce sacerdotisa con gentileza.

-El hogar de...-

La incrédula campesina admiro el templo y la belleza que vivía en el, aunque rápidamente su atención cambio de objetivo, y ahora la guardiana del área exterior no podía quitar la vista de la mujer que los estaba recibiendo.

Enri comenzó a sentirse sucia e indigna de estar en un lugar como este. No se había bañado el día de hoy debido a las prisas. Algo que en otras circunstancias no le hubiese importa ahora era todo en lo que podía cuando se comparaba con la impoluta sacerdotisa frente a ella. El cuerpo de la chica comenzó a picarle; esa sensación le recordaba las partes que necesitaban ser lavadas con urgencia.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora