Parte 178

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La teocracia ha temido a los dragones desde tiempos ancestrales. Aquella raza que gobernó el continente, y con puño de hierro mando sobre otras especies, eran el máximo objetivo de los héroes, y el enemigo numero uno de la humanidad.

En el sur, aislada dentro de su paraíso, la reina de las hadas dio muerte a los emperadores ancestrales, en compañía de sus sirvientes.

Y en el norte, los 6 dioses acabaron con los dioses dragón que intentaron oponérseles.

Fue desde esa época, que los dragones temieron el nombre de aquellos seres. Benditos... héroes venidos de otra dimensión. Seres más allá de la lógica y comprensión que trajeron al mundo armas invencibles, que poco a poco, fueron el sebo que condujo a la perdición de la raza, que por más de 100.000 años gobernó.

Hoy, quien cargaba con el peso de todas esas muertes. Con la furia de una raza entera, cargo contra aquellos, que arrogantemente tomaron el nombre "Conquistador" y pretendieron hacerlo propio.

Los tres jugadores contemplaron a la armadura dar sus primeros pasos. Vieron el poder de aquel que se alzaba por encima de todos los lord's dragon. Y sintieron, como todo el poder de este mundo cargaba contra ellos.

"El ser vivo más poderoso de este mundo" así fue como lo llamaron Khajiit y Clementine.

El [Platinum Dragon lord]

Las palabras de aquellos humanos, resultaron ser ciertas.

La velocidad con la que sus pasos lo movían, lo llevaron en un parpadeo hasta el hechicero negro.

-¡!-

La espada flotante que acompañaba a la armadura, se lanzo poseída hacia el enemigo.

-¡AINZ!- Grito uno de los compañeros, que vio de primera mano, como la hoja tocaba la fina tela negra.

-[¡Bendición del coloso!]- alcanzo a gritar el hechicero, antes de que la hoja le tocara.

Como resultado del ataque y la anulación, el hechicero negro salió volando por la fuerza del golpe que recibió.

-¡MALDITO!- grito el asesino, y se lanzó con cimitarra en mano.

-[¡Bendición de artemisa!]- grito el monje zen un hechizo de buffo.

Su compañero brillo con intensidad. Una luz verde. Era una habilidad para aumentar la destreza y agilidad.

La velocidad del asesino era digna de ser alabada. La armadura se preparó. Quería probar la fuerza del conquistador que Gazef temió.

-[¡Hanabira Kato!]- grito el asesino, y su cimitarra, como guiada por el dios del viento, paso a través de las defensas del dragón.

La cimitarra golpeo el torso de la armadura. la técnica fue excelsa, la defensa y velocidad de la armadura no importo. Fue un golpe de lleno... que lamentablemente, ni siquiera le arañó.

-Débil...- dejo salir, arrogante la armadura, a la vez que lanzaba contra el asesino su martillo.

El metal golpeo la carne, y el caballero, se aseguró así mismo que aquel ataque había roto varios huesos. Aun si no podía sentir el impacto, ni confirmar la caída del hp, por los gritos que dio el asesino, era claro que había sufrido buen daño.

-[Maximizar magia: ¡Gran bola de fuego!]- recito el hechicero negro.

Una gran masa ígnea bolo desde las manos de Ainz, y se inmolo contra la armadura plateada.

-¡Gown, aho...!- antes de poder terminar su frase, una lanza golpeo de nuevo al hechicero.

La armadura comenzó a salir de entre las llamas. No había sufrido daño alguno.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora