Parte 263

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El primer encuentro de Ryuuji y Clementine ocurrió al interior de una hermosa sala dentro de una importante catedral en la teocracia.

En aquella ocasión, por primera vez en su vida, Clementine fue tratada como una invitada de honor. Sacerdotisas por mucho mayores que ella le atendían como si se tratara de una noble dama, le sirvieron té y golosinas mientras. Aquellas mujeres le sonreían amigablemente, como nunca antes lo habían hecho las superioras en el convento donde se crio. Después de ser considerada un monstruo y una decepción, la entonces pequeña Clementine se pensó al fin realizada. Creyó que  los años de reclusión había al fin dado frutos, y que pronto podría librar a este hermoso mundo de todas las amenazas que buscaban la aniquilación de la humanidad.

El sabor del té que ahora bebía, le recordó a Clementine lo ingenia y tonta que fue cuando aún era apenas un chiquilla.

-Vaya... no puedo decir que este té sea malo, pero... tampoco puedo  decir que es bueno- declaro Clementine.

La sacerdotisa abandono la taza de té sobre el plato de porcelana frente a ella, sin intención de volver a tocarla.

Este té era igual al que bebió en aquel primer encuentro, y sin embargo, ahora Clementine lo encontró insípido. Comparado a aquello que Cz le llevaba hasta su celda, esto no era más que un poco de agua caliente. Y a pesar de todo, ella lo lamento, pues esta alguna vez fue su bebida favorita.

"Así que así sabe el mundo después de vivir en el edén..." pensó Clementine al reencontrarse con el sabor de este mundo.

-Supongo que nos hiciste preparar un té tan caro solo para insultarlo ¿No, Clementine?- pregunto canto divino.

-En el fondo solo quería volver a probar el sabor de estas finas hojas. Pero tienes razón, no es por esto que les pedí compartir una bebida caliente. El motivo para esto, es que así tendría algo a la mano para lanzarles si pierden el control-

No hubo sarcasmo o insulto escondido en aquellas palabras, cosa que molesto aún más al lancero.

-Creí que te enviaron aquí para tener una conversación civilizada- Acuso el lancero.

-Vine aquí para tener una conversación civilizada-

-¿Y qué tiene de civilizado lanzar té caliente a la cara de una persona?-

-Que es la única forma de ataque no letal que tengo para detenerte- declaro felizmente Clementine, recordando que ya alguna vez había lanzado té caliente sobre la cara del lancero, lo que anulaba su talento natural. Aunque en aquella vez lo había hecho por accidente.

-Si vienes aquí para tener una conversación pacifica, no veo porque tendría que actuar de esa manera- acuso el lacero.

-Claro que la tienes, Ryuuji, en especial por lo que paso esa noche al borde del camino real-

Un escalofrió recorrió la espalda de canto divino al recodarla noche en la que la más poderosa unidad de la humanidad fue casi exterminada.

El lancero por su parte, apretó los puños al recordar el momento que condeno al mundo.

-¿Ahora lo entiendes? por sus expresiones veo que aun sin haber empezado, ya están por perder el control- se burló Clementine.

-¿Qué relación tienes tú con esos dos?-

-De manera directa, ninguna. Realmente no los conozco, no he tenido el placer de estar en la misma habitación que ellos-

"De haberlo hecho les hubiese agradecido por lo que hicieron" Pensaba.

-Lo único que ellos y yo tenemos en común, es que servimos a los mismos amos-

Lo que Ryuuji y el cardenal creyeron, era un revelación importante en las guerras por venir, resulto ser algo de tan poca importancia que los propios conquistadores estaban dispuestos a compartir la información.

No... de hecho, ahora que sabían que aquellos eran sus súbditos se confirmaba el peor de los miedos que Ryuuji albergaba.

-Verán, hay algo muy importante que debo tratar con ustedes, pero antes de pasar a lo más importante, debo narrarles la historia de una dulce chica que llego al pueblo Carne poco después de que yo fuera capturada-

A pesar de mencionar lo que seguramente fuese una brutal derrota, Clementine sonreía al recordar el momento de su aprensión, como si hubiese sido el mejor de su vida.

-¿La historia de esa chica tiene que ver con el porque esas personas masacraron a los nuestros?- acuso el padre que vigilaba la entrada.

-Directamente no, pero fue la piedra que comenzó la avalancha que cayó sobre ustedes- se burló Clementine.

Para Ryuuji y canto divino no tenía sentido discutir con esta mujer. Lo mejor para ambos era escuchar lo más que pudieran y tratar de no volverse objetivos de los enemigos que esperaban fuera.

Aunque con disgusto, el lancero le pidió a Clementine continuar. Esta lo hizo, no sin antes lanzar un pequeño hechizo de fuego sobre su té para mantenerlo caliente, demostrando que su comentario anterior no había sido un simple juego.

-Una chica herida y traumatizada fue encontrada en el perímetro del pueblo Carne. Se le rescato y se les apreso a los hombres que iban persiguiéndola. Al parecer era una granjera secuestrada hacia algunas semanas. Un grupo de maleantes la había capturado mientras esta escapaba de su aldea en ruinas-

Clementine tenía una mirada maliciosa. Los sobrevivientes de la escritura negra sintieron sobre ellos los pecados cometidos en aquella misión.

-Gracias a que algunos soldados de la teocracia estuvieron destruyendo aldeas, esta chica fue llevada a una sucia cueva donde se le hicieron cosas que una sacerdotisa no puede ni mencionar-

-Para- Pidió Ryuuji. –Lo entiendo, los conquistadores culpan a la teocracia por lo que le paso a esa chica-

Clementine enfureció y golpeo la mesa, no porque se menospreciara el dolor de la víctima ficticia, sino por la forma en la que la teocracia se alejaba de la responsabilidad de sus actos como siempre habia hecho.

-¡No los culpan! Ustedes son culpables, Ryuuji- Clementine recobro la calma y tomo asiento. –Y los dioses piensan igual. Por las masacres de los pueblos, y en especial por las consecuencias que tuvieron lugar por culpa de ello, los dioses culpan a la teocracia-

El lancero y canto divino, incluso el padre de esta parroquia, ninguno podía negarse a ello.

-Como sea. Aun antes de que esa chica se presentara los dioses ya los consideraban peligrosos, que haya sido culpa de los ataques de Nigun que esa chiquilla sufriera tanto por culpa de la teocracia no es la razón por la que les digo esto-

De nuevo, Clementine calentó el contenido de su taza.

-Después de un tiempo resguarda la chica por fin pudo dar información sobre sus captores. Incluso permitió que usaran magia para ver en sus memorias. Después de localizar  la guarida de Brain Unglaus y su banda de criminales se planeó tenderles una trampa y llevarlos de nuevo a la fortaleza de los dioses para ser castigados por la muerte de la chica-

Los miembros de la teocracia contuvieron el aliento.

-¿Murió?- pregunto el lancero, quien ya pensaba en pedir la custodia de la chica como disculpa por lo ocurrido.

-Se colgó con las sabanas que los dioses le dieron para protegerse del frio. Después de que los dioses le prometieron darle justicia, se sintió liberada y abandono voluntariamente este mundo.

Canto divino bajo la mirada con vergüenza, y Ryuuji mordió su labio con fuerza. La situación era peor de lo que habían considerado. Creyeron que su única ofensa a los conquistadores había sido el ataque en el camino real, pero esta historia daba testimonio de que aquellos tenían suficientes razones para buscar un castigo para la teocracia.

-Es muy pronto para estar tan pálido Ryuuji- acuso Clementine. –Deberías guardar eso para la otra chica a la que asesinaron-

La muerte de Doppel-Cixous apareció en la mente del lancero.

Si en ese momento él hubiese tenido conocimiento de como habia sido derrotado el lord dragón de platino, muy seguramente se hubiese tirado al piso suplicando misericordia.

Clementine lucho con fiereza por contener su éxtasis. 

"Aun no... aun no... tendrás otra oportunidad.... Aun no..." se repetía a la vez que suprimía su alegría.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora