El anciano primer ministro penetro como una tempestad en la habitación de Draudillon. La reina que había sido obligada a dormir para recuperar fuerzas, tras solo dos horas de haber cerrado los ojos se veía forzada a abrirlos de nuevo.Eran ya las 7 de la mañana, cosa que La reina pudo saber con facilidad al juzgar la luz que entraba por la puerta que el ministro abrió.
Draudillon se hubiera impresionado por ver al primer ministro despertándola tan temprano después de haber pasado toda la noche trabajando, pero supo que este inesperado acto por parte del ministro significaba que los conquistadores habían regresado al castillo.
El anciano busco entre las ropas de Draudillon una de las mejores vestimentas de la reina. Puso dicho vestido sobre la cama y escogió algunos perfumes de la estantería, que después entrego a un pequeño ejército de sirvientas que entro a la habitación con la intención de limpiar y vestir a la reina, quien no tenía la más mínima intención de hacer esperar a sus amos.
.
.
.
A las puertas del castillo se abrió un portal negro que parecía contener dentro de si a todos los males del mundo, y de el salieron: Un hechicero negro, un asesino del desierto, un monje zen y una santa de cabello dorado.Los tres conquistadores de Carne habían regresado tras la larga batalla, y tal como se les había solicitado a los soldados, para anunciar su llegada comenzaron a sonar las campanas de la ciudad, y en pocos minutos también sonarían las campanas en el resto del reino.
Cada uno de los soldados en el castillo había sido informado por la misma reina de la situación. Y sin resistencia cada uno de aquellos protectores se arrodillo ante los conquistadores.
-No perdió tiempo- dijo Ulbert al ver el recibimiento. -¿Crees que realmente habrá sido necesario esperar tanto?- pregunto abiertamente.
-No fue por la reina que esperamos, fue por el pueblo- dijo TouchMe como respuesta. –Una población somnolienta, sacada de su cama a las 4 de la mañana no habría aceptado bien la noticia. Pero a esta hora, mientras todos se preparan para un nuevo día de lucha ¿No sería magnífico recibir la noticia en este momento?-
"Sería como recibir una llamada de la oficina durante la mañana en la que informen que les han dado el día libre" pensaron Ulbert y Momonga al escuchar la declaración de su compañero.
La destrucción de las 17 ciudades demi-humanas había sido más rápido de lo que Demiurge había calculado. Gracias al señor de la muerte y el demonio del fuego, el exterminio en esas ciudades fue hecho en tiempo record. Como consecuencia, la guerra planeada para terminar a las 11 de la mañana de ese día, fue ganada a las 4, gracias a la participación directa de los seres supremos, algo que Demiurge no había incluido en sus planes por respeto a sus amos.
Y durante esas tres horas libres, los conquistadores intentaron tener una revancha del juego de cartas que habían tenido la noche de la masacre de E-Rantel. Pero tal como en esa ocasión, Momonga gano fácilmente a los dos.
Los seres caminaron por el castillo, por la misma ruta que el mensajero les había mostrado durante su primera visita. Sus pasos los condujeron hasta una enorme puerta que protegía la sala del trono. Los conquistadores entraron sin esperar invitación, y detrás de aquel portal encontraron a aquel mensajero a un lado de la puerta, a la reina en su trono y el ministro a su lado.
Apenas los conquistadores aparecieron, Draudillon se puso de pie e inclino respetuosamente ante sus señores. La reina aún se veía agitada debido a la gran velocidad con la que debió cambiarse y correr para recibir la llegada de sus amos al castillo.
-Me alegro verlos volver sanos y sanos, mis señores. Y lamento no haber preparado un mejor recibimiento; nuestros cocineros aún se encuentran preparando el banquete para festejar su...- antes de que Draudillon terminara, TouchMe interrumpió.
ESTÁS LEYENDO
Overlord: Trinidad Caps 170-???
FantasiaEsta es la historia de Overlord trinidad, las partes que siguen