Parte 290

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Un bebe demi-humano se encontraba llorando en medio de la plaza del pueblo. Sus ojos habían sido untados con una planta irritante que lo había dejado ciego.

La cría lloraba desesperada por no poder calmar su dolor. Los gritos, los agudos gritos del lactante llegaban a oídos de los guerreros, los civiles y la madre, que era contenida por una multitud de personas. Nadie hacía nada para calmar el dolor de la criatura.

Ese día muchos descubrieron cuanto tiempo hacía falta para que un lactante demi-humano tuviera un ataque cardiaco. Después 30 minutos el niño paro de gritar, Durante las siguientes cuatro horas siguió llorando, aunque con la garganta destrozada, haciendo sonidos húmedos y rotos que penetraban en lo profundo del alma de los demi-humanos.

Una vez muerto él bebe, nadie tuvo valor para contener a la madre, quien salió completamente rota hacia la plaza de la ciudad. La mujer demi-humana tomo a su hijo y lo cargo con cuidado, se quedó ahí, mirando el hinchado rostro de su bebe muerto.

Después de 7 horas algunas personas se atrevieron a salir de sus hogares. La mayoría camino hacia la plaza junto con la madre con la intención de darle consuelo. Creían que el terror se había marchado, pero estaban equivocados.

En pocos segundos la plaza se convirtió en un campo de tiro. 30 demi-humanos murieron, incapaces de ponerse a cubierto bajo sus techos de madera.

El arquero seguía ahí.

"¿Por qué no nos quema?" "¿Por qué no solo nos mata?" se preguntaban los aterrorizados demi-humanos, que durante días se mantuvieron encerrados, pasando dolor y hambre, mientras que el cazador se llenaba el estómago con las riquezas de las montañas.

Si alguien intentaba escapar, lo mataba. Si alguien intentaba negociar, lo mataba. Si alguien salía suplicante, ofreciéndole su vida y servicios a cambio de que perdonara al pueblo o al menos a su familia, el cazador igualmente lo mataba.

¿Por qué no quemaba las casas de madera? Porque entonces algunos podrían escapar en medio de la confusión.

Si las personas intentaban escapar de manera masiva, igualmente eran cazados. El talento de Pavel les permitía perseguirlo y encontrarlos, siempre que pudiera concentrarse lo suficiente. Debido a su talento era imposible tenderle una trampa, debido a su experiencia era imposible derrotarlo en batalla.

Mientras los demi-humanos temblaban, se canibalizaban y morían de hambre encerrados en sus cazas... Pavel tallaba figuras para su hija, escribía cartas para su esposa. Experimentaba con nuevos platillos.

A veces los demi-humanos veían humo. Sabían que el cazador estaba comiendo, he igualmente no podían hacer nada.

Algunas veces las patrullas de guardabosques se acercaban a la zona de caza de Pavel para enviar las cartas que escribía para su familia. Una vez, un joven que se había enlistado por propia voluntad, y que mantenía un fuerte odio a los demi-humanos, vio las tácticas del arquero. No pasaron muchos días antes de que dejara el ejército.

Usar a los niños de carnada, cocinar a las demi-humanas vivas, comerse a los lactantes, que en palabras del arquero, tenían un sabor singular. Esas eran sus tácticas favoritas para mermar la sanidad mental de poblados enteros.

Cada cacería de Pavel significaba un pueblo demi-humano menos. Significaba al menos una población de 1500 reducida a 0.

Pavel no tenía ningún odio por los demi-humanos, tampoco le divertía de particular manera torturarlos de esa manera, sencillamente lo hacía porque facilitaba su trabajo. Le era completamente indiferentes el dolor de las personas ajenas a él.

Clementine peleaba impulsada por la venganza, su malicia nació de una problema mental que vivió con ella desde el nacimiento, y empeoro por el sentimiento de haber sido traicionada.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora