Overlord: Trinidad Caps 170-???

Parte 215

Scrolls, tesoros invaluables. Dos guardias que ante otros ojos hubieran sido alzados com dioses demonio.

Un trono y una corona, para gobernar a un país al que  los conquistadores habían traído paz.

¿Por qué? Se preguntaba Draudillon, pues la carta que envió, era con seguridad una súplica desesperada en la que entregaba todo como sacrificio para proteger a su nación, y sin embargo, a pesar de que todo lo que poseía había sido ya ofrecido, no podía sentir que había perdido algo con este trato. Al contrario, todo lo que había hecho era ganar al vender su alma a estos jugadores a los que hoy llamaba amos.

Pero la reina no alcanzaba a explicarse porque estos demonios, que desataron su poder de manera indiscriminada en el campo, y masacraron de una manera aterradora a más 100.000 demi-humanos, daban tales regalos a cambio de lo que parecía ser nada.

En un momento la reina pensó que se encontraba dentro de una suerte de fantasía que se había combinado con una pesadilla, pero por más que lo intentaba no lograba despertar, y ahora que se arrodillaba ante los conquistadores, el frio de las baldosas le aseguraba que esto era real.

Draudillon se arrodillo ante sus nuevos amos para agradecer por lo que le habían otorgado. Pues aun si ahora tenía una metafórica correa en el cuello, la cadena de la que estaba sujeta era bastante larga, al punto en el que la dragonoid podía sentirse libre aun con ella; Incluso sabiendo que con esta se había atado a si misma a tres dioses de indefinida naturaleza, la reina podía sentirse feliz de ser la mascota y no la presa de tales seres.

-Ahora- Dijo la santa, a quien Draudillon vio en batalla como una pecadora. -, Nuestros amos escucharon la historia de cómo los antiguos emperadores dragón enviaban mensajes a todo aquel que viviera bajo su reinado. Y se preguntan si acaso la reina Oriculos puede hacer uso de una magia similar- explico la santa.

Draudillon aun arrodillada explico.

-Nuestros amos se han informado bien. Es cierto que aquella magia de los dragones antiguos era usada para que su voz fuera escuchada por cada alma ocupara sus dominos, con el fin de que estos recordaran a quien servían. Lamentablemente yo no puedo hacer uso de esa magia, pues no soy una verdadera lord dragón. Soy apenas una dragonoid de sangre diluida, y aun que puedo hacer uso de una magia similar, yo tan solo puedo mandar un débil señal que debe ser captada por observadores y replicada en bolas de cristal o espejos de clarividencia como los que ahora he repartido por todo el reino draconico, con el fin de anunciar el nombramiento de nuestros amos- explico Draudillon.

Clemenetince cerro sus ojos como muestra de satisfacción e internamente festejo una victoria, pues la reina había narrado casi con las mismas palabras, lo que Khajiit y Clementine habían explicado a los seres supremos antes de venir.

-La magia salvaje se nutre de la vida y no del mana ¿No es verdad?- pregunto Momonga curioso.

-Así es mi señor Ainz-

-En ese caso ¿Cuánto de tu hp tomara enviar este mensaje a todo el reino?-

-un 20% de mi vida- respondió con pena Draudillon, pues a pesar de ser un hechizo simple, al tener solo un octavo de la sangre de Dragon esta le consumiría gran parte de hp, aun si no era un ataque.

Pero los amos no parecían decepcionados por esto, y en cambio, más curioso que antes pregunto de nuevo el hechicero negro:

-¿Cuánta vida te tomaría enviar este mensaje más lejos?-

Draudillon vacilo. Esta ceremonia era una forma de avisar a su población del cambio sufrido debido al trato, pero si los conquistadores deseaban ampliar el radio, puede que esto tuviera un significado diferente para ellos.