A plena luz del día una fuga tenía lugar en la teocracia. Quien escapaba había llegado lejos, quizás demasiado para la reputación de los cardenales.
Brain se encontraba ya a las puertas de la catedral donde había pasado algunos días cautivo cuando fue descubierto. Su brillante escape, que consistió en caminar hacia la puerta como si fuera un hombre libre, había sido frustrado por un acolito que le ofreció el menú para el almuerzo.
Dado que había estado tan tranquilo desde su captura, y se le veía cómodo en la alfombra de su habitación, los cardenales no desperdiciaron personal en vigilarlo. Y quienes sabían que Brain se encontraba en el templo, pensaban que lo hacía como invitado, no como prisionero.
Ciertamente, cuando Brain llego no se le tenía como prisionero sino como refugiado. Pero después de presenciar lo que estaba en la tesorería, ya no era posible dejarlo marchar, al menos no él solo.
Dada la importancia del espadachín, los encargados de cortarle el paso fueron las reservas de la escritura negra y el propio comandante de esta.
Cuatro niños de no más de 16 años apuntaban lanzas divinas a Brain, quien los miraba con pena. El genio espadachín no veía en esos niños una amenaza.
-¿Debo sentirme insultado?- Pregunto Brain al ver que se había enviado para frenarle.
-Debería sentirse avergonzado, por pensar en asesinar a otros humanos- acuso el cardenal de la oscuridad.
-No sería la primera vez-
Brain amago con desenfundar su katana, y los niños aun inexpertos en la batalla retrocedieron al sentir el aura de un verdadero guerrero.
-Nivel 38 con todas sus clases y niveles dedicados al combate. Vean bien reclutas, esto es lo que los humanos llamamos un héroe-
Pese a los halagos, el cardenal miraba a Brain con pena.
-Pero aun así, elegiste un camino lleno de dolor y muerte-
En los ojos del cardenal, Brain encontró la verdad, su verdad; y ello le disgusto.
-Pudiste volverte un aventurero, y escalar al rango adamantina en menos de un mes. Pudiste ponerte al servicio de un rey como guarda espaldas, o venir a la teocracia y vendernos tus servicios como guerrero. Cualquiera de eso métodos te hubiese hecho inmensamente rico, pero preferiste unirte a un grupo de bandidos; te convertiste en su líder y mataste a otros humanos por ellos. A cambio pasabas tus días en sucias cuevas, escuchando como tus compañeros disfrutaban de lo robado ¿Por qué?-
Brain sonrió por la pregunta que escuchaba regularmente de los miembros de su banda.
-Siendo aventurero debía estar a merced del líder del gremio y sus reglas. Como guarda espaldas tendría que mantenerme todo el tiempo a lado de algún aristócrata que me obligaría a cuidar la puerta mientras el comía o fornicaba. En cuando a la teocracia...- Brain apunto a los niños que intentaban cortarle el paso. -¿Quién de ustedes ha tenido una mujer? ¿Quién de ustedes ha bebido alcohol...? JAJAJA ¿Por qué lo complico? Mejor díganme, ¿Quién de ustedes tiene una moneda de cobre para ir a comprar dulces?-
Los chicos se miraron entre ellos, confundidos.
-¿Lo ve cardenal? Por esa razón es que no hice ninguna de esas cosas. Todas ellas me ataban a reglas, y mi madre sabe que eso es algo que siempre he odiado. Entonces, ahora le pregunto Cardenal ¿Tengo prohibido abandonar este templo o la teocracia?-
El cardenal vio en el espadachín a un lobo, un herido y solo, pero un lobo al final, y si el cardenal intentar mantenerlo enjaulado, este le encajaría los colmillos.
-Los conquistadores te quieren capturar, y por lo que sus hombres le hicieron a tus compañeros, si lo hacen te esperara una muerte lenta y tortuosa-
-¿Eso fue un no?-
-Eso fue parte de una súplica Brain. La humanidad ya ha perdido demasiados guerreros en poco tiempo. Por ello, si así lo quieres puedes marcharte, porque no estoy dispuesto a sacrificar vidas tan solo para encadenarte en un lugar donde tu talento y fuerza no valen nada. Pero te suplico que permanezcas con nosotros como un invitado, incluso te invito a tomar las armas que poder derecho te corresponden. Aun no eliges los tesoros que deseas ocupar-
-¿Era cierta toda esa m*erda?-El espadachín dudo. Sabiendo de sus crímenes, no creía una nación humano céntrica realmente fuese a darle algún arma sagrada solo porque resolvió un rompecabezas; pero el cardenal asintió.
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Por primera vez TouchMe coincidía con sus compañeros, pero en esta ocasión deseo que ellos hubiesen actuado como normalmente lo harían. Pues aun si moralmente era correcto, era demasiado problemático y peligroso atender a la moral en momentos como este.
"No podemos aceptarlo" Fue la respuesta que tanto Ulbert como Momonga entregaron a los Baraja.
El demonio no podía ocultar su naturaleza.
-Cumplir un trato a medias no será solo malo para el futuro. También sería una deshonra para mí. Solo un demonio menor se aprovecha de tales tecnicismos para llevar a cabo un trato-
"Solo la escoria te quita todo por la letra pequeña en un contrato" se dijo el demonio, recordando la pensión que se le fue negada tras la muerte de sus padres. Si no deseaba rebajarse al nivel de aquella basura, no podía obligar a personas que respetaba a cumplir el trato de esta manera.
Momonga tenía una razón más sencilla para no aceptar.
-Lo que yo deseo de ustedes, Pavel, Rena, es su agradecimiento y lealtad-
-Lo tendrá, Momonga-sama-
Declaro el matrimonio.
-Ya lo dijo mi compañero, obligarlos a cumplir un trato por un tecnicismo no es la forma en la que los queremos con nosotros-
Lo que Momonga deseaba no era la habilidad o el poder del arquero. Mas allá de eso, Momonga ambicionaba su lealtad.
Después de ver la devoción de Enri y Clementine, Momonga no se sentía capaz de confiar en alguien que no les fuera absolutamente leal. Y después de presenciar a aquella cosa...
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Overlord: Trinidad Caps 170-???
FantasíaEsta es la historia de Overlord trinidad, las partes que siguen