Capítulo 64: Problemas II

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Narra Pablo

-¿No me pensas hablar? - pregunte en tono serio, estábamos volviendo a casa.

Habían terminado hace como una hora la entrevista, ya se deben imaginar cómo actuó Marizza al darse cuenta que Renata era la entrevistadora. Contesto cortante, puso cara de culo y lo peor de todo es lo que viene ahora.

-Dale Marizza, por favor - saque la mirada del camino unos segundos y la mire, estaba con la cabeza dando para la ventanilla, sabía que no quería hablar pero no lo iba a aceptar - no podes no hablarme.

-¿queres ver como lo hago? - Contesto ofendida - porque sabes que no tengo ningún problema en hacerlo. Tengo una mejor idea... no me dirijas la palabra, no quiero escucharte.

-Deja de ser chiquilina - le reproche - no hice nada, la mina pensó que no eras nada mío... fue un error - volvía a decir, pero como era de esperarse se quedó callada - perfecto, no me vas a hablar... entonces somos dos.

Le saque la mirada encima y la enfoque en el camino. Estaba enojada y sabía que no era conmigo, yo no había hecho nada, había algo más atrás de esto. Como dije antes todo el camino nos mantuvimos en silencio, o bueno, la gran mayoría hasta que ella cortó con eso.

-Si fuera al revés te aseguro que no te la bancarias - soltó con los brazos cruzados en el pecho - tendrías que haber visto tu cara cuando la miraste, un poco más se te caía la baba - no conteste, ella no iba a ser la única que haga ese jueguito - ¿encima el ofendido ahora sos vos? No lo puedo creer...

-No me hago el ofendido - conteste cortante - vos misma dijiste que no quería que te hable, cumplo con lo que me pediste.

-No te hagas el buen novio porque no lo sos - frunció el ceño enojada - ademas la que tendría que estar enojada seria yo. ¡Te beso! y estando yo ahí como si fuera invisible.

-No tenía idea de quién eras - volvía a decir - ademas fue solo un beso, ni llegó a un pico o algo así - me defendí.

-¿Me estas jodiendo? - preguntó - ¡si no interrumpía la mina te metía la lengua está la garganta!

-No fue tan así - bufé - no nos veíamos hace mucho, es todo.

-Mejor quedémonos en silencio porque te juro que si escucho otra más de tu excusas boludas ,lo primero que veo te lo parto en la cabeza - me advirtió.

Al escuchar eso había llegado a mi límite, no me tenía porque bancar que me trate de esa manera, y mucho menos no saber que era eso que tanto le molesto. Frene el auto en cuento encontré un espacio, me miró confundida y fue la primera vez en todo el camino que cruzábamos miradas.

-¿Que haces? - preguntó

-No pienso arrancar hasta que vos y yo solucionemos lo qué pasa - dije serio, tenía que hacerme el firme sino se me iba a cagar de risa en la cara.

-Me voy caminando - intentó abrir la puerta.

-Estás a más de veinte cuadras - dije - y hace frío - cerré con seguro la puerta - y ninguno de los dos nos vamos hasta que hablemos.

-Después soy yo la chiquilina - rodó los ojos y se volvió a cruzar de brazos - abrime la puerta.

-Y créeme que los sos - me clavo la mirada y yo negué - no me mires así - eleve los hombros - te estoy diciendo que no tuve nada que ver con eso y no me crees, estás vas ahí... ¡NO PASÓ NADA! - remarqué.

-¡Ya sé que no pasó nada! - soltó de una - soy consciente que estabas tan o más incómodo como yo....

-¿Entonces?

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora