Capítulo 33: Viaje III

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Narra Marizza

Me levanté a eso de las diez de mañana y como ayer no me pude bañar porque una cosa llevó a la otra con las chicas nos quedamos hablando hasta que se hizo de noche y bajamos a comer y después me moría de sueño.

Me levante nuevamente con Pablo en mi cama, un poco de bronca me daba este pibe por el hecho de que no podía manejar la situación y terminaba haciendo lo que quería conmigo porque me podía. Por otra parte me moría de ganas encerrarme en un habitación con él hasta que terminara el fin de semana y por nada del mundo salir.

Sin hacer mucho lío me separe de su agarre y agarre mis cosas para meterme bajo los chorros de agua. Me lavo la cara y los dientes aprovechando y hacía todo de una, cierro los ojos para que unos minutos después volver a abrirlos y empezar a lavarme el pelo.

Estaba frente a la pared donde se encontraba la ducha colocada, siento unas manos que me abrazan por detrás y me acercan a su cuerpo, unos besos empiezan a recorrer mi cuello y hombros.

-Buen día mi amor - dice Pablo mientras sigue con su camino de besos.

-Buen día - respondí con una sonrisa y los ojos cerrados mientras disfrutaba su dulce tacto.

Sus manos pasan de mi cintura a cruzarse por mi panza para ejercer una leve presión sobre mi cuerpo pegando aún más al suyo desnudo. Me di vuelta y mis manos automáticamente se fueron a su cuello para pegar nuestras bocas, el contacto de sus labios carnosos con los míos era la puta gloria y cada día lo disfrutaba más y más. Sus manos en mi espalda volvieron a hacer presión y sin separarnos del beso giramos y con un poco de desesperación me apoyo contra la pared de la ducha.

-Siempre te salís con la tuya - dije con un poco de agitación en la voz.

-Como si no te gustara - dice atacando mi cuello.

-Eso es imposible - solté agarrándole la cara con ambas manos y buscando nuevamente con el deseo impreso sus hermosos labios.

Nuestros pulsos se aceleraron y el roce de nuestros cuerpos hacia que tengamos más calor corporal y que el agua caliente que salía de aquella canilla nos queme. Mis manos recorrían su espalda y sus desnudo torso mientras que la de él con una me tenia agarrada de la cintura para seguir con nuestros cuerpos pegados y la otra sostenía uno de mis pechos. Empecé a sentir movimientos leves por mi pierna y al separarnos del beso vi su erección que en cuestión de segundos probablemente esté por explotar.

Sus dientes mordían levemente mi pezón haciendo que me desconcentre de lo que quería hacer, me arquee cuando sus besos invadieron ambos pechos y el valle que hay en esto, me sujeta mejor y me sube a su torso haciendo que enrolle mis piernas en el y con la mínima presión sosteniéndome contra la pared.

Una vez más nos besamos pero esta vez sin nada de deseo o amorosamente, esta vez era pura lujuria. Sus manos recorrían todo mi cuerpo sin dejar un mínimo centímetro sin tocar y las mías en su espalada haciendo presión con la yema de mis dedos para tener contacto piel con piel.

-Pablo - se escucho una voz entrando al baño - Pablo ¿estas acá? - esta vez identificamos la voz, era la de Manuel.

Nos separamos del beso y ambos nos miramos sin saber que hacer, Pablo me hizo una seña de que me calle y hablo.

-¿Que paso Manu?

-Necesito hablar urgente con vos - se lo notaba desesperado.

Decidí joder un poco a Pablo y empecé a atacar su cuello, suaves mordiscos eran los que mis labios dejaban en su suave piel. Vi como el entrecerraba los ojos entonces decidí seguir.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora