Capítulo 46: Salidas I

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Narra Marizza

-Buenos días - dice Pablo refregándose un ojo - ¿Qué pasó? se me parte la cabeza.

Evidentemente, no había hecho mucho esfuerzo cuando se levantó porque seguía en bóxer y con los pelos revueltos.

-Es obvio que te va a doler la cabeza - dije riendo - si ayer llegaste borracho - apoyé en la mesa la panera con tostadas recién salidas de la tostadora.

-No me acuerdo de nada - tomó asiento en una de las sillas - no sé ni cómo llegué.

Fui a la cocina en busca de las tazas con café, que había preparado.

-Toma - se la apoye enfrente suyo - te va a hacer bien.

-Gracias - sonrió y un silencio se presentó, no duró mucho ya que Pablo lo cortó - ayer hablé con el médico - esquivaba la mirada - me confirmo lo de los análisis.

-¿Y? - pregunte con miedo - ¿cuál es el resultado?

-No es hijo mío - se lo notaba triste y era entendible - me siento un pelotudo.

-No digas eso - pase mi mano por su espalda, en forma de consuelo - no tenes la culpa.

-Al parecer sí - rió irónico - todos me toman por peludo y me mienten.

-Vos tampoco sos un santo - esas palabras se me escaparon de mi boca - perdóname - dije ante la mirada de odio de Pablo.

-Igual tenes razon - se agarró la cabeza con las manos - es el karma.

-No, no tengo razón - le acaricie la cabeza - sos una persona increíble, ella es una forra.

-Necesito despejarme - nuestras miradas se encontraron - ¿queres ir conmigo a algún lado?

Tentadora oferta, decirle que iba hasta el fin del mundo con él ¿era mucho?

-Si te pones ropa y no vas en calzones - sonreí - mi respuesta es sí.

-¿Qué pasa? ¿te tiento? - se hizo el seductor.

-Si queres causar eso, vas por mal camino - me hice la desentendida de la situación y di un sorbo a mi taza.

-Entonces puedo andar sin ropa por todo el departamento, total no causó nada en vos - respondió con una sonrisa juguetona.

-Entonces... estemos en igualdad de condiciones - no me iba a quedar atrás, si él me provocaba y también lo iba a hacer.

-Me parece justo - asintió con la cabeza - pero no garantizo nada - levantó sus manos haciéndose el inocente.

-Sos un tarado - reí y mordí mi labio inferior.

-Ya estás avisada - sonrió y se levantó para irse a cambiar.

+++

-No, no te creo - comenta Pablo riéndose - no creo que haya hecho eso.

-Te lo juro - dije con una sonrisa - antes de quedarte dormido fue. y sin contar que te hiciste el boludo y a la noche me abrazaste - sin bromas, era algo gracioso verlo así.

-No estaba consciente - dijo de reí pero la sonrisa seguía intacta - de todas maneras perdóname.

-No tenes porque pedirme perdón - me metía en la boca una cucharada de mi helado - no hiciste nada mal, aunque si queres contarme que paso... estoy para escucharte.

Pablo antes de hablar concentró su mirada en el cuarto de helado que tenía en las manos, por los años que lo conocía era evidente que algo malo había pasado, y que no se le sería fácil hablar de ello.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora