Capítulo 63: Problemas I

900 49 77
                                    

SEMANAS DESPUÉS...

Narra Mia

-No Manu dale - dije cansada - no puede ser, tiene que ser joda.

-¿Y ahora, que paso? - pregunto entrando a la habitación.

-¡Pasa que dejaste el baño un asco nene! - Le extendí mi mano derecha con toda su ropa sucia - no puedo con esto... ni dos semanas que volviste y ya es todo un caos.

-Es porque vos no te relajar - afirmo con una sonrisa en el rostro, intento acercarse pero le fue inútil.

-No me toque - dije de antemano - arregla el baño porque te juro que.... - mi idea era seguir la frase pero me volvió a interrumpir.

-Te juro ¿Qué, que? - me pregunto.

-Te juro que dormir en el sillón y olvídate de hacer algo conmigo - sonreí sin diente demostrándole que yo también podía llegar a jurar ese juego.

-No serias capaz

-¿Queres probarme? -Negó rápidamente con la cabeza - me imagine, anda por favor a ordenar todo, yo tengo que preparar a Candela que tiene un cumpleaños - me di media vuelta para irme pero su agarre de mi muñeca me detuvo.

-Ósea que tenemos la tarde solos ¿no?

-Si ordenas el baño si - conteste soltándome - de lo contrario tengo planes.

-Nunca vas a ver un baño tan limpio - dijo con una sonrisa.

Exceptuando algunas cosas la convivencia iba bastante bien, teníamos más comunicación que antes, respetábamos nuestros tiempos y lo mejor de todo es que temas laborales mientras estábamos juntos no se tocaban. Si queríamos empezar desde cero era lo mejor, sin los mismos problemas de antes en el medio.

Con respecto a los otros, por lo que tenía entendido él con María ya había cortado, no se lo tomo bien pero ya no era problema mío. En cuanto Lucas no lo vi más, por lo que me dijo mi papá se fue por viaje de negocios y no sé cuándo volvía. Nos quedó mucho para hablar, mínimo una explicación de todo le tenía que dar, es decir, no dé porque volví con Manuel sino de lo que paso entre nosotros.

-Ma ¿Papá se queda? - mierda, Candela nunca hacia ese tipo de preguntas. Siempre está en la suya sin importar lo que pase a su alrededor.

-Papá vive acá mi amor - conteste mientras refregaba producto por su pelo - ¿vos queres que se quede?

-SII - contesto exaltada.

-Entonces se queda - me sonrió y siguió jugando con sus juguetes.

No era una decisión de ella, más bien era de los adultos, pero después de todo era su papá y el hombre que amaba. Hacerla participe de algunos momentos (buenos) porque para los malos ya estábamos Manuel y yo, era incluirla como parte nuestra.

Unos minutos más y Cande quiso salir de la bañera, la cambie y la peine. Estaba en la etapa que quería elegir ella que ponerse y que no, y gracias al cielo salió con mi gusto porque llagaba a salir con el del padre, o, el de la tía me mataba. Definitivamente me suicidaba.

-Anda a buscar el abrigo que ya es la hora - dije bajándola de la cama - ¿sí?

-Si - contesto y se fue.

-MANU - grite desde la plata baja.

-¿QUÉ?

- ME VOY A LLEVAR A CANDE - conteste de la misma forma - EN UN RATO VUEVO.

-OKEY... ANDA CON CUIDADO.

-Listo - la tierna voz de mi hija se hace presente y salimos.

Nos subimos a la camioneta y la puse en su sillita, me subí yo y rombo al salón de fiesta. En el camino mi celular suena, al ver el nombre de Marizza en la pantalla la atiendo, en altavoz.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora