Capítulo 49: Complicaciones

879 50 90
                                    

Narra Guido

Acostado con las sábanas cubriendo mi cuerpo y mirando al techo. Esa era mi posición actualmente, hacía bastante había amanecido y mi cabeza seguía dando vueltas como hace unas cuantas horas atrás.

Tenía que juntar fuerzas de todos lados para recomponerme y enfrentar la situación, yo sabía que era posible y no me iba a dejar vencer por nada en el mundo. Una sonrisa nostálgica se hace presente en mi rostro y cierro los ojos intentando relajarme.

Unos brazos envuelven mi torso y siento como acomoda su cabeza en mi pecho, ya estaba en el lugar soñado, ahora si podía dormir plácidamente.

FLASHBACK

-Último aviso para los pasajeros del vuelo 563, están en horario para abordar - esa voz nuevamente.

-Ya está - me pare y la angustia llegó a mi cuerpo - se acabo.

Empecé a caminar hacia las escaleras para subirme al avión. Se había terminado todo, nuevamente la había perdido y con solo quererme morir era poco.

Con mi pequeño bolso en mano me dirigí rumbo al transporte, intenté hacer la fila para entregar mi pasaje pero uno de los policías me sacó de ahí sin previo aviso.

-¿Qué haces? - le pregunté lo más pacifico posible - me estás arrugando la remera.

-Seguime pibe - dijo firme y rudo, realmente daba un poco de miedo.

No me quedó otra que hacerle caso, no me iba a pelear en el medio del aeropuerto, porque de todas maneras tenía que viajar.

Me llevaron hasta una oficina, era toda blanca, con un ventanal que daba la vista a la pista de aterrizaje. Como era de esperarse una persona me esperaba allí, lo mire con mi cara de confundido y él solo se limitó a hacer algún gesto.

-El es el de la pertenencia - dice el policía y mis ojos se abren como platos al escuchar eso.

-¿Qué pertenencia? - pregunte alterado.

-Ya no es necesario que mienta - dijo el tipo detrás de su escritorio - ya encontramos pruebas.

-Pero eso es imposible - dije desesperado - yo no hice nada.

-Siéntate - me ordenó - vamos a hablar bien.

Si esto era hablar bien, no me quiero imaginar lo que es hablar mal - pensé.

Hice lo que me dijo, con el miedo a flor de piel.

-Llama a la señora - le ordenó al policía con la vista fija en mi.

Trague fuerte, esto no me podía estar pasando a mi, justo a mi.

El policía solo asintió y salió de la oficina. Al cerrarse la puerta mi mirada ya no era de miedo sino de pánico, por mis conocimientos era mala espina estar en problemas en un aeropuerto.

-¿Se puede saber qué es lo que hice? - pregunte nervioso.

-Ya sabe muy bien lo que hizo - me intimido el hombre - de todas maneras como sabrá no será fácil que salga de esta si se le adjuntan pruebas.

-¿Pruebas? ¿de que? - pregunte con el ceño fruncido.

-Del robo - me quedé en shock, algo presentía pero que lo confirme ya era mucho.

-Yo no hice ningún robo - me excuse - eso es imposible, para acusarme necesitan pruebas.

-Por eso estamos llamando a la señora - dijo muy calmado.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora