Capítulo 47: Salidas II

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Continuación...

Narra Tomas

El solo imaginarme a Pilar y a ese tipo en una situación íntima me daban ganas de vomitar y una agresividad que en cualquier situación podía salir a la luz. Me fui de ahí para no pelear, nos estamos reencontrando nuevamente y cualquier cosa iba a ser tema de discusión.

Decidí no hacerme tanto la cabeza, las cosas tienen que fluir y si tienen que pasar, van a pasar, nos guste o no nos guste.

Faltaban exactamente dos horas para que comience el evento por lo tanto me empecé a preparar. Me puse un traje negro, con unos zapatos en punta del mismo color y sin corbata así daba la onda canchero y joven.

Sol me pidió que vaya por ella y después de tanto que insistió otra no me quedo que aceptar. Justo en estos momentos la estoy esperando en el auto frente a la puerta de donde vive.

Al principio Sol iba a ser una distracción de lo que había pasado, el típico toco y me voy, pero se me pego, no me la podía sacar de encima y era tedioso el tiempo que pasamos juntos, como no éramos nada mi idea era ir de a poco separándome de ella, tampoco voy a ser tan forro.

-Hola - dice Sol subiendo al auto.

-Hola - conteste de la manera más simpática posible.

No tardamos mucho en llegar, la ciudad estaba casi vacía debido al fin de semana largo que se presentaba. Cuando llegamos al lugar era en un gran hotel, había una recepción la cual si decía el nombre de la empresa te llevaban al gran salón donde se realizaba dicho evento.

-¿Haces algo el finde? - dice Sol acariciándome la cara seductoramente.

-Tengo el casamiento de un amigo - dije de una, sin mostrarle mucha importancia, o, mejor dicho, incomodidad.

-Te puedo acompañar - responde el susurro, todavía con ese tono.

-Eh.. no gracias - frunció el ceño - lo que pasa es que voy un rato y listo, no quiero quedarme mucho.

-Como quieras - dijo seria - después si queres podes venir a casa - me limite a solo asentir - me voy a buscar un trago.

Esta fiesta está programada desde antes que corran de su puesto a Sol, así que cuando se enteró que solo venía el personal con algún acompañante me rompió demasiado los huevos para que pueda venir conmigo. Según ella era para demostrar que nadie iba a poder con Sol Rivarola, según yo era para joder.

De lejos pude visualizar a Pilar entrando con Rodrigo. Como un bobo me la quedé mirando, el vestido que tenía dejando su espalda al descubierto le quedaba infernal y, ni hablar de las fabulosas piernas que te llevan directo a la gloria, estaban más largas de lo normal debido a que tenía unos zapatos del mismo color que el vestido con una altura de unos diez centímetros. En pocas palabras el infierno en una mujer.

Haciéndose la que no me prestaba atención, desde la otra punta del salón gira un poco su cabeza y al ver que la estoy viendo detalladamente, una sonrisa se forma en su rostro y me guiña un ojo y vuelve a sus asuntos.

-Te traje una copa de vino - Sol me saca del trance - porque otra cosa no hay.

-Gracias

-Ahí está Rodrigo - dice señalando a un grupo de personas - te lo suplico, vayamos a suplicando.

-No tiene sentido - digo negando la propuesta, era obvio que si iba para aquel lado lo iba a tener que matar y no quería armar bardo.

-Dale Tomas - pone puchero - de paso le demuestras a Pilar que ya no te importa ¿por que es así, no?

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora