Capítulo 85: Preboda

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Marizza

Nos quedamos hasta tarde y ahora lo estoy padeciendo, las horas de sueño que le faltan a mi cuerpo son notables y más en este estado. No podía salir de la cama, es más no lo pensaba hacer hasta dentro de un buen rato, Hasta que Pablo tocó a mi puerta a eso de las ocho de la mañana, solo tres horas dormí.

-Marizza - grito tocando el timbre, tenía la voz cansada y note que estaba borracho - Marizza, se que estas. Abrime por favor - pareciera que me suplicaba.

Con todo el fastidio del mundo, corrí las sabanas que cubrían mi cuerpo y me dispuse a salir. Más le vale que tenga algo importante que decirme porque sino lo mato.

-Mari.. - se callo cuando abrí la puerta, su mirada se encontró con la mía y nunca se percató de sacar el dedo del botón del timbre.

-Saca la mano - me adelanté a decir - los vecinos se van a quejar - saco el dedo y se apoyó en el umbral de la puerta - ¿que haces a esta hora acá?

-Vine a que hablemos - dice con un poco de dificultad.

-Es necesario ahora - me fijo en el reloj que tengo en la pared - son las ocho de la mañana Más tarde nos juntamos en un bar o algo, no puedo pensar ahora.

-Es urgente, si no te lo digo ahora y en este estado no creo que después lo diga - se tambalea y cierra los ojos, ahí supe que estaba borracho y que se estaba mareando.

-Vas a despertar a Mia, baja la voz - le digo en susurro - habla rápido, ¿le paso algo a alguien? - ese fue mi mayor miedo, lo primero que me pasó por la cabeza.

-No, bueno si pero no a alguien en concreto - dice con lentitud - nos pasó a nosotros, ¿que nos paso?

-No es momento de hablarlo - le dije rascándome la cabeza - estás borracho y tengo sueño, en estos momentos no estoy para pensar.

-Te amo Marizza - nuestras vistas se encontraron - te amo - dijo con puchero.

-No entiendo - fruncí el ceño - hace unos días te acostaste con una mina, y me diste el discurso de que estabas bien solo y disfrutabas de la soltería, y ahora llegas a mi casa con marcas de labial por tu cara y me decis que me amas.

-No pasó nada con nadie, te lo dije porque me gusta verte celosa y no quería que pensaras que no podía seguir con mi vida - confiesa serio sosteniendo la mirada - no te voy a negar que lo intente, quería sacarte de mi cabeza como sea, pero no pude hacerlo. Me daba culpa, y en varias ocasiones se me aparecia tu cara.

Me cruzo de brazos y corro mis ojos para enfocarlos en el piso, no sé qué pensar ni qué hacer, es un momento demasiado incómodo.

-Nos quedan un montón de cosas por resolver, lo sé soy consciente de eso - volvió a hablar - pero pasamos por un montón de otras cosas y esto es algo más del montón.

-Sigo insistiendo en que tendríamos que hablarlo sobrio en algún otro lugar - dije moviendome un poco ansiosa.

-No, porque si no te lo digo en este estado sé que no te lo voy a decir nunca. Mi orgullo no me va a dejar y lo sabes - asiento - no quiero estar más solo, quiero estar casado, comprometido,en el estado civil que quieras pero con vos.

-Pablo, de... - dije interrumpiendolo.

-Quiero poder despertarme a tu lado y disfrutar los últimos meses que quedan del embarazo antes de que nazca Dieguito - rei por eso - quiero pasar el resto de mi vida con vos y que esta vez sea la definitiva. Soñamos tanto con esto que no lo estamos disfrutando juntos - traga sosteniendo la vista en mi y sigue - No aguanto mas, era mentira que quería estar soltero... es horrible no poder estar con la persona que amabas.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora