Siempre se vuelve al primer amor

Capítulo 51: Tocar fondos II

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Narra Manuel

Mi papá siempre me dijo que era una persona muy vengativa y que los sentimientos muchas veces me nublaban. Hoy, a mis veintisiete años y con algunas cosas vividas puede decir que sí, mi papá tenía razón.

No solo vine a Buenos Aires a buscar la venganza por la muerte de él, sino que cuando engañe a Mia en secundaria la trate mal por el hecho de que estaba intentando rehacer su vida, me puse como loco de celos cuando estábamos de novios, eran cosas que no podía controlar y ahora, probablemente un error... me puse de novio con María. No la quiera ni un cuarto del amor o cariño que le tenía a Mia, demás está decir eso. Los sentimientos, especialmente los celos me jugaron nuevamente una mala pasada; condenada a ser infeliz toda mi vida por el hecho de no querer cambiar algunas cosas y/o abrir la mente para que las cosas fluyan y no sean tan así.

Hace un par de semanas volví con Claudia, la psicóloga, que evidentemente no me estaría solucionando algunas cuestiones conmigo mismo. Porque ese era el gran problema, mi gran problema.

Estábamos a unos días de mitad de año y mi meta para lo que venía era superar aquellas cuestiones que no me dejaban avanzar. Ser mejor persona, mejor padre y mejor para Mia, quería que volvamos, intentarlo nuevamente y que estaba vez salga bien, que seamos esa pareja que todos pensaba que éramos, con nuestras pelear con nuestras cosas pero con al amor incondicional de siempre.

En estos momentos la tenía enfrente y era capaz de soltar todo, decirle que la extra banana como nunca y que apozar de los ojos hinchados de tanto llorar y el pijama era la mujer y la madre más hermosa que vi en mi vida, que por más que este con María siempre pensaba en ella.

-Permiso - entre la persona que menos queríamos ambos - Manu ¿Cómo está?

-Bi... bien - dije incomodo, le pedí por favor que no venga y esta mina hizo lo que quiso.

-Ah hola Mia - dijo ella a lo que Mia le respondió con una sonrisa falsa - voy a buscar café ¿queres?

-No gracias - de imprevisto me dejo un beso en los labios y se fue.

Agradecía al cielo que Mia no haya visto eso, aunque pensándolo bien capaz algo le causaba.

Internamente estaba contando los minutos para que apareciera Lucas por alguna puerta del hospital, eran pareja y lo más lógico es que la acompañe en estos momentos, pero otra parte de mi estaba disfrutando del solo silencio que se hacía presente con ella, eran tan cómodo que no pensé que podía estar ahí de nuevo.

-¿no viene Lucas? - pregunte sin mirarla, podía ser una pregunta auto masoquista.

-No - respondió seca

-Vaya forma de apoyar a su pareja - eso se me escapo.

-No tiene que apoyarme porque no somos nada - contesto cortante todavía mirando a Candela dormir.

-Está todo bien - dije - pero no hace falta que me mientas

-Creer lo que quieras

Bueno, con mi estúpida pregunta se había ido el clima armonioso de alguna manera.

-Solo digo que si lo queres llamar o lo que sea que lo hagas

-No va a venir y punto

-¿Por qué?

-Por que vos sos el papá de Candela - respondió y al fin me dio la mirada - si viene va a ser peor y tenes el derecho de estar con tu hija.

-Yo no...

-No quiero seguir hablando - dijo parándose - voy a llamar a mi papá, cuídala - me ordeno - si no es mucho pedir - agrego irónica y se fue.

-¿Cuándo voy a entender? - dije agarrándome la cabeza - soy un tarado.