Capítulo 29: Los testigos

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Hoy era el gran día, hoy se casaban Sonia y Franco. Después de muchos años ambos decidieron por fin sellar ese amor que sentían desde el primer momento en que se vieron, si bien lo recuerdo en aquella ruta que los conducía a Mar del Plata en el verano del 2002. Como toda pareja en estos años tuvieron sus momentos buenos y sus momentos malos pero así y todo siempre estuvieron para el otro en toda circunstancia.

La boda era en la estancia "La Eloisa" a unos cuantos kilómetros del centro de Buenos Aires. Se iban a casar al aire libre, habían preparado una ceremonia más que nada simbólica porque ninguno de los dos eran creyentes de ninguna religión.

La boda empezaba a eso de las diez de la mañana del sábado y terminaba a la misma hora del domingo. Cada pareja de invitados tenía su habitación propia donde iban a dormir por la noche o cuando quisiese. Ambos desayunos, el almuerzo, la merienda y cena estaban incluidos y elegidos por los mejores cocineros y organizadores de eventos de Argentina.

Los cuartos contaban con hasta el más mínimo detalle, apenas entras tienen un pasillo que a menos de dos metros te llevaba a donde se encontraba la cama, pero si girabas a la derecha tenes el baño con jacuzzi y una ducha escocesa. La ropa de cama era de color blanca dándole un tono de sofisticación al ambiente, las paredes en los tonos de los arena daban la sensación de armonía.

Algo que le sorprendió a muchos de los invitados cuando llegaron es que todo estaba decorado en los distintos tonos de blancos, conociendo a Sonia Rey y a su particular gusto era más que evidente que lo había dejado en manos de otras personas para poder enfocarse en otros asuntos.

Las diez de la mañana se hacían presente en la estancia y poco a poco fueron llegando los invitados, entre ellos había gente del espectáculo y algunos amigos famosos de Sonia, por otro lado estaban los empresarios amigos y socios de Franco y había una tercer parte que era la que incluía gente no tan polémica como era el caso de Mora, Martin, Lujan y Marcos. Estos dos últimos recién llegados de España más precisamente Barcelona donde hacía cinco años vivían.

Mora hacía no mucho que había vuelto de Europa y esta vez era definitiva caso contrario a lo de Martin, Marcos y Lujan que su visita era temporal.

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-Hace mucho no nos vemos - dice Martín contento.

-Desde hace más de cinco años - contestó Mora algo pensativa - los chicos todavía estaban juntos - eso fue con algo de nostalgia.

-Van a volver - respondió el hombre convencido - se aman.

-Ahí vienen - dice la elegante señora con una sonrisa en la cara - ¿Cómo anda mi nuera favorita? - extiende los brazos.

Por más de que estén separados para Mora Marizza siempre va a ser su nuera y lo mismo le pasa a Martin con Pablo.

-Que bueno que me reconozca ¿no mi amor? - preguntó Consuelo contenta por la expresión de su suegra.

Mora empieza a caminar hacia donde estaba su hijo, al verlo con su nueva novia decide esquivarlos siguiendo de largo a donde estaba Marizza unos centímetros más alejada de ellos junto con Manuel, Mia y Cande.

-Hola Mora - dice la pelirroja abrazando a su exsuegra - ¿Cómo estás?

-Muy bien pero no tanto como vos - se separó del abrazo y la miró fijo - estás muy linda.

-No es para tanto - contestó Marizza sonrojada - vos también estas muy linda.

-Hola chicos - los saludan - tanto tiempo.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora