Capítulo 86: Fallos

686 47 9
                                    

Narra Manuel

Yo creía que no podia tener mas mala suerte, bueno dejenme decirles que como siempre me equivoque. Tengo la peor suerte de todas, no solo no tengo idea donde esta mi celular y los anillos sino que tampoco tengo las cuatro ruedas buenas del auto.

A unos cuantos kilómetros del hotel y de mi casa, la rueda derecha delantera decidió pinchar, el mejor dia de mi vida resulta ser el peor de todos, no quiero saber como mierda va a terminar esto.

Sin celular, sin auto y pronto sin esposa porque si Mia se entera me va a matar.

Las calles se me hacían conocidas, no podía identificar porque, la cabeza no paraba de dolor y cada ruido que pasaba a mi alrededor parecía como si tendiera un parlante al lado mio a todo volumen. A una cuadra había un bar donde estaba más o menos lleno, me acerque a la barra y espere a que alguien me atienda.

-Hola buenas tardes - sonrió amablemente una chica - ¿en que lo puedo ayudar?

-Necesito urgente una grúa, me quede con el auto acá a una cuadra y tengo que llegar rápido a un lugar - dije lo mas rapido que podia

-Voy a hacer el intento de llamar, no te prometo nada - elevo los hombros y su cara mostró una mueca de sinceridad.

-Lo único que pido es llegar a tiempo, por favor - dije en susurro mirando el techo de aquel lujoso bar.

No para de repetirme una y otra vez que no podía estar en un peor estado, ¿como mierda no me sé el teléfono de alguno de los chicos o de las chicas, encima para sumarle algo más a esto antes de salir de casa marque el nueve en el teléfono, ese está marcado para la casa de Sonia y Franco, pero para mi desgracia no contestaron. Conociéndolos ya deberán estar desde la primera hora en el hotel.

Tome asiento en una mesa, la única esperanza que tengo es que la mina me consiga una grúa lo antes posible sino estar en el horno.

-Buenas tardes - dice una voz muy familiar atrás mio - ¿ya sabe lo que va a pedir?

-¿Maria? - dije dándome vuelta, lo único que me faltaba.

-Manu - contesta con una expresión en su rostro entre sorprendida y ¿alegre?

-¿Qu... qué haces acá? - fue lo primero que se me vino a la cabeza.

-Trabajo aca - contesto obvia - no me dejaste otra opción .

No me acordaba que era tan simpática (no te sé el sarcasmo)

-¿Vos, qué haces acá? que yo sepa vivir lejos

-Me quedé con el auto, y estoy esperando si alguna grúa se digna a venir.

-Olvidate, no van a venir - ruedo los ojos - tardan un montón.

-Genial - bufó.

-Yo te puedo alcanzar - dice y mis ojos se clavan en ellas - mi turno termina en cinco minutos, no tengo problema.

-Es bastante lejos, no creo que te convenga - confieso - además no creo que....

-Es eso o tomarte un taxi

Mierda ¿como no me di cuenta la posibilidad de un taxi? de todos modos lo descarto porque seguramente me sale un monton, y por mas que tenga no voy a desperdiciar dinero en eso, no hay ninguna chance de hacerlo.

Es eso o irte con Maria - me recuerda la conciencia.

-Te espero afuera - dijo levantándome.

Narra Pilar

Con las chicas éramos las damas de honor, por lo que Mia insistió que nos preparemos con ella. Que todo tenía que estar combinado y en perfecta sintonía con todo, no le queríamos llevar la contra y más sabiendo lo que significa esto para ella así que decidimos decirle todo que si. No por nada en especial pero no queríamos arruinar su día.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora