Siempre se vuelve al primer amor

Capítulo 8: De mal en peor I

Narra Laura.

Me tocaron la puerta del departamento y salí corriendo desde la habitación, al abrirla veo a Guido rodeado de valijas mirándome fijo a los ojos.

-¿Qué es esto? - pregunte confundida, realmente no entendía nada.

-Deje a Agustina - mi cara se transformó de confundida a contenta - ¿puedo pasar? - pregunto al ver que no reaccionaba.

-Eh si... perdón - lo ayude con las valijas y paso - ¿como estas? Digo por la separación.

-Estoy solo para vos - dijo y me beso - soy todo tuyo - entre besos.

-Para - lo separe - ¿y ella? - Me miro confundido - ¿cómo se lo tomo?

-Al principio mal pero después lo asumió - dijo y me volvió a besar y esta vez se lo seguí.

Era inexplicable la felicidad que sentía en ese momento, al fin íbamos a poder estas juntos sin que nada ni nadie se interpusiera entre nosotros. Igual me sentía una mierda por Agustina, sentía culpa de la situación y a la vez felicidad.

Sos una mierda - pensé.

El beso se empezó a intensificar y rápidamente nos conducimos al cuarto que estaba a unos pocos metros de donde estábamos. Caímos en la cama y sentía sus manos recorrer todo mi cuerpo, nos separamos por falta de aire y bajo a mi cuello haciendo que se me erizara la piel ante sus tacto. Cambiamos de posición quedando yo arriba de él, sentada sobre su regazo haciendo leves movimientos notando el gran bulto que se le iba formando en la entre pierna.

-Te amo - largó en un jadeo y me apretó los muslos pegándome más contra él.

-Yo también mi amor - dije con la respiración anormal.

Nos empezamos a sacar la ropa quedándonos solo con la ropa interior y de un solo movimiento quede debajo de él. Me bajo la mano hasta mi zona baja para empezar a dar círculos por los bordes hasta hundir dos de sus dedos ahí. Largaba varios gemidos que fueron callados por sus besos, un rato antes de que me venga retira sus dedos y decido que era mi turno. Posiciono una de mis manos en su bulto por arriba del bóxer y empezó a masajearlo haciendo que este esté a punto de reventar.

-Mi amor - dije en su odio a lo que él me responde con un ruido - necesito sentirte adentro.

Se separa de mi, busca un preservativo y una vez ya colocado vuelve. Lentamente se introduje en mi haciéndome largar varios gemidos acompañados de las gotas de sudor que corrían por nuestras frentes, luego de un tiempo llegamos al clímax juntos.

Nos miramos a los ojos antes de quedarnos profundamente dormidos, quien iba a decir que el día más detestable de la semana iba a ser el mejor también.

Narra Pilar.

Lunes ya el nombre te da flojera. Joaco se había ido a México por trabajo el viernes y volvía mañana. Yo estaba disfrutando cada minuto de soledad, desde que lo escuche hablar por teléfono estamos más distantes, si bien hablamos pero no de la misma forma que antes. Juro que quiero confiar ciegamente en él como lo hice estos seis casi siete años de relación, pero no puedo hay algo que me impide confiar.

Con toda la pachorra del mundo me levante y me metí directamente bajo la ducha, el agua estaba tibia con el propósito de que me haga despabilar, como siempre me quede unos minutos con los ojos cerramos dejando que el agua cayera por mi cuerpo. Me lave el pelo, me enjabone, cerré la ducha y me envolví en una toalla. Me cambie con la ropa que iba a ir al Elite y baje a poner el pan para las tostadas en la tostadora y el café lo calenté, aprovechando el tiempo me seque el pelo y baje a desayunar.