Capítulo 28: Celos

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Narra Marizza

Días después lo primero que vi al entrar en la oficina fue a Pablo y a Simón hablando lo más normal, cosa más que rara en ellos porque como todos sabemos nunca se llevaron bien.

Me hice la boluda y me acerqué a escuchar disimuladamente lo que hablaban.

-Te... te quería pedir perdón - dije Pablo - te culpe por algo que no tenías nada que ver y encima te trate mal.

-Todo bien - contesta el otro cortante pero conciso.

-Pensé que te habías borrado con el tema del bebé - no le daba la mirada - se que nunca nos llevamos bien.

-De verdad todo bien - se dieron las manos en señal de que todo quedó en buenos términos y Simón se fue.

Pablo al ver que estaba yo en la mesa del catering siguió hablando como si la presencia de Simón todavía siguiera ahí.

-No fuiste vos el garca en la situación - elevó el tono de voz para que lo escuchara - otras fueron las culpables.

Agarré mi café recién preparado y me acerqué a donde estaba.

- Escúchame una cosa Pablito - dije irónica - porque no vas a agarrar el micrófono que está ahí - le señale el lugar - y no le contas a todos que soy una soreta hija de puta - mi tono de voz lo decís todo.

- Hm.. Debería - se hizo el pensativo y me respondió en el mismo tono.

- Sii queres voy yo y digo porque lo hice, que pensé en ese momento - le di un sorbo al café - cuando y como lo decidí.

- Ja sos una genia - respondió irónico - ¿vos pensas que lo que hiciste tiene una explicación? Sos increíble.

-Tiene una explicación y te la di. Ahora que no la hayas entendido es tema tuyo - respondí de la manera más forra posible - Quería tener un hijo tuyo - solté lo más seria posible.

-Como te gusta el golpe bajo eh - contestó con un tono un poco fuerte.

El ruido de su celular se hace presente, él se lo saca del bolsillo y al mirar la pantalla me dice en forma de chiste, que por cierto fue malísimo.

-Mira se enteraron de la policía - una sonrisa falsa se forma en el rostro de ambos y desaparece de mi vista. Las ganas de matarlo se apoderan de mi.

Me fui directo a mi oficina para no aguantarlo ni a él ni a la otra boluda, no iba a terminar bien.

Había una cosa que yo no entendía, si supuestamente él empezó con esto de ser el representante de Consuelo para tenerme cerca, ahora estamos peleados ¿qué carajo hacés acá? ¿Por qué no se va? por lo menos estamos liberados en la zona laboral.

Intenté de todas formas esquivar mis responsabilidades con respecto a la campaña, pero me fue imposible, tuve que bajar a organizar un par de cosas y dar indicaciones. Para mi mala suerte Pablo seguía ahí, no entendía bien qué hacía justo acá, lo digo porque los representantes de las modelos no las acompañan a todos los lugares a donde van.

-Pero me sorprende que no se puedan organizar bien - le dije un poco enojada a todo el grupo de trabajo - las cosas son simples.

-Mira quien habla de simpleza - dice Pablo sarcástico atrás mío. Solo lo fulminé con la mirada y seguí con lo mío.

-Tengo cosas más importantes que hacer que estar atrás de todos ustedes - me volví a dirigir a las personas ignorando a Pablo.

-Marizza tiene razón muchachos - me apoya Simón - creo que si todos le ponemos algo de voluntad esto se va a poder lograr, y cuando antes mejor.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora