Capítulo 20: Nuevos comienzos

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Habían pasado tres días y Tomas recién salía del hospital, se iba a quedar en su casa a cuidado de Pilar ya que según ella todo había sido por su culpa y era lo mínimo que podía hacer por él.

Manuel y Mia habían postergado el viaje para hoy, en este momento estaban en el aeropuerto despidiéndose de Cande, la cual quedaba a cargo de Pablo. Este por su parte estaba feliz de quedarse con su ahijada ya que amaba pasar tiempo en ella, al enterarse Consuelo de ello decidió por mí misma pasar unos días con ambos rubios haciendo que Pablo se quiera matar.

Guido y Laura no habían hablado en días ya que a él le salió un viaje de negocios de último momento y sumado a eso después de lo de la otra noche era mejor ni verla.

Marizza por su parte había decidido decirle la verdad a Simón porque vio que la cosa iba enserio y él merecía saber la verdad.

Narra Laura.

-Estas rara ¿Qué pasa? - pregunta Fran - desde hace varios días que estas así.

-No me pasa nada - contesto sin darle mucha importancia.

Era obvio que me pasaba algo pero no sabía el motivo. Desde que Guido vino y me dijo todo lo que me dijo algo cambio, era como si mi parte desconfiada ahora se sumaba a la que si confiaba ¿se entiende?

Les miento si les digo que no me entro la duda en si estaba haciendo bien con Fran. Capaz iba todo muy rápido e inconscientemente estaba sacando un "clavo" con otro y no era ese tipo de personas.

-¿Segura? - pregunto abrazándome con atrás.

-S.. Si - dije nerviosa - ¿te puedo pedir un favor?

-Si lo que quieras - contesto y yo me di vuelta quedando frente a frente.

-Vayamos lento - solté y el me miro confundido - no quiero apresurarme y destruir lo que tenemos.

-¿Segura que es por eso? - preguntó.

-Si sino ¿por qué va hacer? - dije un poco nerviosa.

-No sé decime vos - dijo él separándose - desde que Guido fue a tu casa estás rara.

-¿Qué pensas que es por él? - pregunte asombrada.

- No, No creo que sea por él - dijo Fran - lo que te digo es que capaz te dijo algo que te hizo pensar o dejarte en la nube en la que estaba viviendo.

- No es por él - dije sin estar muy convencida - no quiero cagarla es todo.

- Bueno dale - me beso la frente - vayamos lento.

-Gracias - dije aliviada - tengo una reunión después no vemos - mentí para escapar.

Era el mediodía y no tenía nada para hacer, lo único que quería era estar sola para pensar y no tener a alguien encima mío todo el día o pendiente de que hacemos hoy a la noche o mañana a la tarde.

Mi idea era hacer cada paso a su tiempo, con Guido había salido muy lastimada y todavía no me recuperaba del todo y si fracasaba en esta relación también simplemente me mataba, sería como si lo poco que tengo curado de la herida anterior se abriera vuelta.

Sentada en el banco de una plaza me encontraba recibiendo el viento en la cara que anticipaba el hermoso otoño que se aproximaba. La briza traía aromas familiares a mi olfato, de esos que te hacen quedar en una etapa de tu vida específica, el olor a pasto húmedo, olor a flores o a canela me llevaban a cuando éramos chiquitas con Lola e íbamos a la casa de mis abuelos todos los domingo a comer asado o pastas si hacía mucho frio y para la tarde cuando nos tocaba merendar nos hacíamos una chocolatada con la tarta de manzana que hacia mi abuela. Esas si eran lindas épocas.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora