Cap.106 ¡Que calor!

438 14 9
                                    

James Smith

Por supuesto que es solo de ella. No podría ser de alguien más ni, aunque se lo propusiera, porque nunca antes en su vida había experimentado un amor tan intenso, tan grande que está seguro de que podría parecer irreal para otras personas. No es como que cuando esté en algún lugar y mire a una mujer y no le parezca atractiva, de hecho, andando con su novia ha observado detalladamente con disimulo a otra mujer bonitas, pero solo eso, un acto natural como hombre, porque ninguna es ella, a ninguna las ve tan perfectas como a la mujer que se mueve en estos momentos sobre su cuerpo regalándole las sensaciones más divinas de la tierra.

Montándolo con una seguridad que lo traspasa, le gustaría mucho poder dejarle saber de alguna manera que es la única mujer que lo llena en todos los sentidos, está un poco cansado de no poder llenar sus expectativas o derrumbar ciertas de sus dudas, pero no se rendirá, y espera que con el próximo regalo que ha preparado para los dos, ella por fin se dé cuenta de que la quiere enserio, y solo a ella porque no le hace falta absolutamente nada, no le cambiaría ni tan solo un pelo de su delicada melena porque ella es perfecta de pies a cabeza.

Le consta que su corazón se acelera y se engrandece solo con ella. Por eso quiere serle fiel, sin importar que ella no lo haya sido, porque su amor no lastima ni es arrogante, es un amor honesto y comprensivo, así como lo es él. Además, alguno de los dos tiene que esforzarse por no seguir fracturando la relación, y aunque la ama es consciente de lo terca que es, así que algo le dice que a él le tocará esa tarea. De todas formas, está en su límite, y cómo le dijo la noche anterior, no le permitirá un engaño más con otra persona. Le seguirá dando todo de él, la seguirá amando con todo su corazón tal como lo siente porque ha decidido perdonarla con sinceridad, pero nunca más permitirá que le rompa el corazón de esa manera, es algo que no volvería a soportar.

-Te amo pequeña insaciable.

Expreso tomándola por las caderas para ralentizar su ritmo. Deseaba saborearla.

-Te has despertado muy exigente esta mañana... eso me gusta.

Sonrió y se unió a sus movimientos con lentitud, preparándola para cuando dejara salir a su animal interior, quería tenerla bien excitada pues no le gustaría hacerle daño o tener otro susto como el de la noche anterior.

-También tengo una petición... haz algo pronto... para que dejemos de usar los preservativos... odio usarlos contigo.

Le pidió con tono más de orden que de súplica, de verdad odiaba usar preservativos con ella sabiendo lo delicioso que se siente empellarla sin ellos y sentir sus cuerpos verdaderamente piel con piel. Cerro los ojos unos segundos intentando absorber todas las sensaciones que le brindaba el momento mientras sus manos viajaron hasta los pechos de su novia, los cuales acarició apasionadamente aún con los ojos cerrados demostrándole lo mucho que conocía su cuerpo y lo mucho que le gusta acariciarlo.

-Te eche tanto de menos.

Dijo seguido de un suspiro placentero, y más que palabras, fueron sus sentimientos hablando, porque así era, todos estos meses se sintieron como una eternidad, y tenerla a su lado pero con una actitud fría y distante lo ha dejado descolocado, después de su confesión entiende las razones del por qué le rechazaba los besos o las caricias, pero sigue doliendo, el susto de que ambos estuvieron al borde de alejarse una vez más, y posiblemente para siempre, sigue calando en lo más profundo de sus últimamente frágiles emociones, porque por muy hombre que se sea, siempre hay una mujer que consigue iluminar todas las debilidades y esta era la suya. Su Ivy Carter.

-Nunca vuelvas a alejarte. Quítame lo que sea, pero no vuelvas a dejarme sin el privilegio de poder tocarte, amarte con mis besos y caricias.

No tiene idea de que le ha hecho esta mujer o bajo que influjo lo ha cautivado tanto, pero siente que no puede vivir sin esta mujer, una parte de él, la más grande, siempre será de ella. Balanceaba las caderas con entusiasmo penetrando y sintiendo cada maravilloso y caliente centímetro de su mujer.

TE DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora