Cap. 84 No te merezco, solo te destruyo.

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Ivy Carter

James estaba delante de ella, con su aspecto un tanto descuidado, pues a pesar de que ha pedido a los doctores que cuiden su aspecto nada queda como James realmente lo haría.

Ya había regresado de la fundación, los niños estuvieron más que felices por la noticia de que James estuviera mejorando, los pequeños parecieron retomar energía

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Ya había regresado de la fundación, los niños estuvieron más que felices por la noticia de que James estuviera mejorando, los pequeños parecieron retomar energía. Pasó la mayor parte del día en la fundación, compartiendo con los pequeños sus ideas para sus siguientes creaciones, muchos de ellos realmente la sorprendían, tenían un talento único e inigualable, James los ha enseñado bien.

Después fue al departamento de Stella, esa mujer parecía estarse llevando bien con Calvin, ambos tenían un desastre por toda la sala, al parecer el cachorro necesita un poco de entrenamiento duro. Ama al pequeño y en estas últimas semanas ha tratado de mantener su tiempo también en él, es casi un tercio de su vida, pues James ocupaba todo el resto.

Bebió un poco con su amiga, y logró desahogarse con ella sobre las últimas presiones que ha tenido, se sentía un poco mal con ella misma, no solo no le gusta su propia manera de ser sino que tampoco su aspecto, Stella le ha dicho que está mucho más delgada, ¿pero con tanta presión a quien le da hambre? Al menos para ella solo le quitaba el apetito. También le dijo que debería arreglarse un poco el cabello y al menos usar algo de maquillaje para cubrir el develo de sus noches, de hecho, intento ayudarla a corregir eso, pero no se dejó, de verdad que lo último que le interesa ahora mismo es verse bien.

Ella además de Marcos han sido las dos personas que la han ayudado a mantener el ánimo, durante estas semanas a veces funcionaba y otras veces no. Ninguna de las dos volvió a hablar sobre la noche del accidente, ese momento en el que estuvo ausente para James, sin embargo, era otra de las cosas que abrumaban su mente y no la dejaban dormir por la noche, comienza a cuestionarse si debería decírselo a james algún día, no quiere mentirle pero tampoco se siente con fuerza para hacerlo y provocar que peleen de nuevo. Y ahí aparecía otro miedo, el que le dice que James no querría saber nada de ella, le duele porque gran parte de su ser está preparado para escucharlo salir de sus labios, no es posible perdonar tantas veces, tantos errores, poco a poco se corrompe la confianza, lo sabe mejor que nadie.

Los niños de la fundación le contaban historias donde James y ella terminarían siendo felices, como en un cuento de hadas, su inocencia la llenaba de ternura, en algunas veces se le escaparon algunas lágrimas que no pudo contener, no quiere arruinar las emociones de los niños, pero en su interior había algo que le decía que las cosas no serían así.

Varias veces repetía el último buzón de voz que dejó su novio aquella noche, él quería otra oportunidad, tanto como ella, y en ese instante se le llamaba la cabeza de nuevo con las cosas malas que pasaron, especialmente el hecho de que lo engañó con Stella. Seguramente después de que lo sepa es cuánto decidirá no querer volver a verla, lo sabe, porque algo así no se lo perdonaría, ni siquiera ella misma puede hacerlo.

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