-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...
Pasó una hora, tuvieron sexo de nuevo y al final desayunaron un poco durante el viaje. Pidieron que regresaran al cachorro al que alimentaron con un poco de su comida y estuvo en la habitación con ambos mientras se encontraban en ropa interior. Poco después se vistieron, James se pasó alrededor de dos horas en la computadora arreglando algunos asuntos del trabajo, Ivy solo le observaba sentada frente a él en los asientos de cuero del jet con el perrito sobre sus piernas. No podía evitar mirarle con admiración, estaba tan a acostumbrada a los empresarios, había visto a sus hermanos prácticamente crecer con la computadora a su lado y a sus padres enseñándoles cada mínima cosa. Ver a su novio así le daba la impresión de revivir esos momentos, pero extrañamente no le desagradaba, al contrario, no podía evitar verlo sexy y atractivo. Sonríe con este último pensamiento y desvía la mirada hacia la ventana. El avión comenzaba a descender y varios minutos después ya se encontraban tocando tierra.
Al bajar ya les esperaba una camioneta con el chofer. Se saludan cordialmente. Ella sube en la parte de atrás y James a su lado mientras el hombre se colocaba en el asiento del piloto para comenzar a manejar. Ella no era capaz de decir nada, ver cómo él tenía casi todo a su disposición se sentía como si estuviera de más aquí. Además, entre tantas cosas que él tiene que resolver lo último de lo que tenía que ocuparse era de su novia.
Normalmente cuando está fuera del trabajo la seriedad se vuelve lo único que muestra. Siempre sonreía solo para cuando fuera necesario e incluso le sorprendía que estando al lado de James ella fuera todo lo contrario. Sin embargo, entendía que la situación con su empresa fuera algo delicado y lo último que quería hacer era distraerlo. Miraba hacia la ventana, hace mucho que no había estado en Nueva York y le traía muchos recuerdos. El cachorro en sus piernas se levantó poniendo dos de sus patas cerca de la ventanilla y comenzó a observar hacia afuera con curiosidad. Sonríe levemente al mirarlo y luego mira a su novio.
-Si quieres puedes llevarme a mi departamento, no está lejos de aquí. Así podrías ocuparte del trabajo sin problemas mientras yo me ocupo de él.
Acaricia al perro levemente mientras bajaba de nuevo la mirada...
James Smith
Mientras iban en la camioneta se mantenía en silencio respondiendo algunos correos desde su celular y dando algunas órdenes, pues quería aprovechar cada segundo e ir resolviendo lo que pudiera de esta situación. Las palabras de su novia le sacan de toda concentración y levanta la mirada en su dirección. Por supuesto que no es un problema, al contrario, estando con ella a su lado se siente fuerte y animado para seguir adelante. Aunque una parte de él no quería involucrarla en todo esto, tenerla cerca era la manera en la que sentía podía protegerla mejor. Le toma una de sus manos con las de él, y le deja un tierno beso sobre esta sin dejar de mirarla.
-Me encanta tenerte a mi lado nena, y ahora más que nunca te necesito. Así que no, no quiero llevarte a tu departamento aún.
Le sonríe ampliamente y continúa.
-Quiero que vengas conmigo. Y no te preocupes por el cachorro, el chofer ya tiene ordenes de cuidarlo mientras estemos dentro de la empresa.
La ve asentir, pero no la notaba muy convencida, estaba a punto de preguntarle qué ocurría, pero en ese instante le suena el móvil, maldice para sí mismo, pero no podía dejar de contestar, así que se sumerge en una aburrida llamada de trabajo durante el resto del trayecto. Hasta que llegan a su empresa, Smith Corp.
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