James Smith
Ambos estaban en el ascensor, iban por la mitad de pisos para llegar al último y los dos parecían sumergidos en lo más profundo de sus pensamientos. Estaba al lado de su novia, mirando al frente con el ceño fruncido. Tenía la cabeza llena de incógnitas y preguntas, se sentía como en un laberinto sin salida que lo llevaba una y otra vez al principio. No sabía que le ocurría, no sabía cómo ayudarla, no sabía nada y era frustrante. Quería ayudarla, pero no podía hacerlo si ella no se comunicaba con él. Y no le insistirá, le dará el beneficio de la duda, una vez más lo hará a la manera de ella, sin preguntas y sin presiones, tal vez con algo de suerte su novia por si misma le diga que es lo que le sucede. Ya estaba harto de todos las peleas, los juegos, las provocaciones, los problemas en su relación, en la empresa ¡y todo lo demás!. Necesitaba liberar todo ese peso de su cuerpo, y no solo el de este día, sino el de todos estos días en los que se han visto envueltos por una espiral de mala vibra que buscaba destruirlos.
Giró un momento su cabeza para mirar a su chica. Su resplandeciente rostro es un espectáculo maravilloso que nunca se cansará de admirar. Le llega a la mente el recuerdo de lo emocionada y feliz que ella estaba en la premiere, hasta que llegó el bastardo de su hermano y como si fuera por arte de magia le robó esa linda sonrisa por la que mataría, por ver siempre sobre su rostro. Le dolía verla ahora tan triste y frustrada. De todas formas, hay algo que nunca nada ni nadie podrán robarle, aunque esté sumergida en la tristeza, dolor, enojo y todas las emociones negativas que podía percibir, ella estaba intentado ocultar, nadie le podrá quitar todo ese esplendor que sobre sale de su novia, pues aunque ni ella misma se de cuenta brilla incluso en los momentos más oscuros. Y no se trata de su bonita sonrisa, sus espectaculares ojos o su provocativa boca, sino de su personalidad, posee el corazón más sincero y lleno de amor que ha conocido, solo que lo esconde en un caparazón como protección a todo el daño que le han hecho. Y es ahí donde se pregunta, ¿cómo alguien podría hacerle daño a una mujer tan tierna y perfecta?
Ella es como un ángel. Su angelito, su tesoro, su amor y como ella misma dijo todo su mundo. Si a través del placer ella quería que le respondiera, que le hiciera olvidar sus penas, con mucho gusto la complacería...
De pronto, justo cuando se abren las puertas del ascensor en la inmensa sala de su departamento, como un cazador, ya se encontraba sobre los labios de su chica besándola con una desesperación y pasión desenfrenadas. Entraron al departamento sin despegar sus anhelantes bocas, despojándose desesperadamente de sus atuendos. Le prendía que ella le correspondiera con la misma intensidad. No hacía falta más, ambos sabían lo que querían y había llegado el momento de obtenerlo. Su saco calló por algún lado del piso, luego siguieron los tacones de su chica, después su corbata y los gemelos, hasta que ella con su fiera interior en la superficie, le rompió la camisa, los botones no tardaron en esparcirse por todo el piso en pequeños pedazos. Esa acción había logrado excitarlo en cantidades incontables, ahora estaba completamente desnudo de la cintura para arriba, dispuesto y solo para ella.
-Nunca me cansaré de decirte que te amo con locura.
Su voz era ronca y agitada. La ayudó a despojarse de su vestido, la cargó y la empotró apasionadamente contra la pared más cercana, donde continuaban besándose con un salvajismo apasionante. Amaba sentir su calor así tan de cerca, los pechos de su novia quedaban pegados contra él ya que ella no llevaba brazier, solo unas pequeñas bragas negras que le quedaban de muerte y que le secaron la boca, cuando tuvo la oportunidad de verla hace un momento. Enredaba las manos en su pelo posesivamente, pronto el sonido de sus agitadas respiraciones, gemidos, jadeos y suspiros de mucho place, llenaron toda la estancia. No pudo evitar gruñir de gusto cuando ella con su actitud atrevida y sensual le mordió los labios.
ESTÁS LEYENDO
TE DESEO
Storie d'amore-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...