Marcos Villar
El pulcro argentino estaba ligeramente ebrio, y por primera vez en su vida había llegado así a trabajar. Todos estos años su ética de trabajo había sido intachable, nunca se descuidaba de sí mismo. Esta mañana a penas si pudo llegar a la empresa, sinceramente no recordaba mucho de cómo terminó su noche anterior, no tiene idea ni de cómo llegó a donde esta y peor aún, cómo es que pudo disimularlo tan bien entre las demás personas. En su mente había un cóctel muy peligroso de problemas y recuerdos.
-¿Se siente bien, eh?
Inquirió hacía James con las palabras medio arrastradas. La lengua le pesaba extrañamente, hace años no le pasaba.
James Smith
-¿Estás ebrio?
Le pregunta de inmediato mientras se levanta con un deje de preocupación en su voz y mirada. Rápidamente lo analiza con la mirada, luce un traje azul marino a su media, sostiene el vaso sin temblores, tiene un aspecto implacable, a excepción de su cabello alborotado y sus ojos levemente rojizos que le dan dos cosas que pesar, o está ebrio o no ha dormido bien.
Marcos Villar
-Tranquilízate. Solo he tomado un poco. ¿No hay mejor manera para comenzar el día o si?
Le miente con descaro y le regala su sonrisa más fingida, los problemas en casa están consumiendo al moreno, el amorío con Megan ya no le es suficiente, su cabeza cada día es un laberinto sin salida al igual que su vida. Siente que solo es cuestión de tiempo para que todo se derrumbe sobre él y lo aplaste.
James Smith
Es la primera vez que lo ve ebrio, ni siquiera cuando eran jóvenes y se iban de fiesta Marcos sobrepasaba los límites, al menos no era muy común verlo de esta forma. Del grupo de amigos siempre ha sido el más sensato y precavido, el que se toma más que enserio las reglas y verlo así le daba las repuestas que él no. No está bien, estaría de más preguntarlo, así como es de precavido es de obstinado y de pocas palabras.
-¿Dime que puedo hacer por ti?, ¿cómo puedo ayudarte?
Marcos Villar
-¡Pffff!
Reprochó con sus labios en cuanto escucho esas preguntas.
-Ya no somos niños James. Los problemas no se solucionan hablando, no me ayudaría en nada contarte en lo miserable que me he convertido en estos últimos meses. Es muy tarde para que quieras escuchar. Además... no soy una de tus obras de caridad.
No podía mirara a James a los ojos. No precisamente porque el mareo que se apoderó de su cabeza se lo impidiera, sino porque la vergüenza interna le estaba afectando. A pesar de estar ebrio su parte consciente sabe que no puede decirle la verdad sobre Janet, un maldito secreto que nunca le ha contado a James, y no sólo por el miedo de perder a su mejor amigo, sino porque aún tiene la amenaza de Janet latente entre sus recuerdos, y después de cometer semejante error y dejarle saber a esa mujer aquel día en el hospital, que sabe la verdad, tendrá que esforzarse por demostrarle a esa bruja que James tiene como tía, que no dirá nada.
Ha estado guardando con esa verdad oculta por varios años, durante algunos incluso pensó que lo tenía controlado, no pensaba en ello, pero desde que el argentino discutió con Janet cuando James estuvo en coma, todo volvió a su memoria como aquel primer día en el que se enteró. La culpa por saberlo se le ha clavado en la mente, no se sentiría así de habérselo dicho a su mejor amigo cuando debió hacerlo.
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TE DESEO
Romance-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...