Janet Smith
Había pasado un largo día en las instalaciones de la empresa atendiendo las reuniones que James tenía en agenda, hasta que la noche llegó y antes de dirigirse a su hotel, se detuvo para visitar a su sobrino favorito. Lo oculta detrás de su carácter, pero ha estado nerviosa todos estos días, James es una bomba de tiempo en ese hospital, la magia escondida en su interior podría activarse en cualquier momento como consecuencia de los medicamentos que le suministran, esos químicos podrían acelerar el proceso de algo que no debe pasar aún.
Le gustaría poder llevarlo a Londres, allá podría ser atendido debidamente por lo médicos ancestrales del aquelajre, pero Marcos, el mejor amigo de su sobrino, se las ha ingeniando en estos últimos días para bloquearle esa posibilidad, aunque no le guste admitirlo, lo ha logrado, pero le ha dejado la intriga de querer saber por qué ha interferido en su camino. A Janet Smith nada se le pasa por alto, así que pronto lo descubriría, además, ya tiene algunas ideas.
Cuando llegó al hospital, le informaron que las visitas estaban restringidas, pero con el buen uso de su poder y temperamento consiguió poder pasar. No sin antes enterarse que alguien más estaba a la espera de querer ver a su sobrino, no dijeron de quien se trataba, pero Janet no era tonta, así que en caso de que no sea Marcos, seguro se trababa de la novia de James con la que aún no ha coincidido.
Con su imponente estilo y personalidad, entró en la austera habitación donde estaba postrado su sobrino. Diversos sentimientos la afligían en estos momentos al verlo así, se acercó para con cuidado acariciarle su rubio cabello. El niño que había encaminado durante parte de su infancia hasta su adultez, se ha convertido en un hombre honrado, no podría sentirse más orgullosa de él.
A penas llevaba unos cuantos días en la ciudad, a cargo de la empresa establecida acá, y le gustaba lo bien que su sobrino había dejado todo establecido, no le sorprendía pues, aunque James odie a su padre, tienen un gran parecido, sobre todo en los negocios. Siempre supo que sería un buen CEO para Smith Corp.
Media hora después, cuando sació los sentimientos de querer ver a su sobrino, salió de aquella habitación con sus hombres de seguridad, detrás de ella. Caminaba por los pasillos con algo de prisa, no le gustan los hospitales, estaba aquí haciendo un esfuerzo por James y quería salir del lugar cuanto antes, pero primero tenía que detenerse a resolver un asunto pendiente. Tenía que conocer a Ivy Carter.
Entró en la sala de espera donde le habían informado que se encontraba la otra persona en espera para ver a su sobrino. Janet entró con la seguridad brotándole por cada poro de la piel y una expresión atemorizante como era común en ella.
Frente a ella solo había una mujer tal como le habían dicho. No le hacía falta más para saber que era ella. Los ojos azules e intimidantes de Janet, con su mirada penetrante, se encontraron con la azul y cansada mirada de Ivy Carter. Azul contra azul en un duelo breve de miradas inquisitivas y frías como el hielo.
"La chica es muy hermosa."
Pensó Janet y alzó una ceja. A pesar de su aspecto cansado y descuidado, la mujer frente a sus ojos irradiaba belleza. Su sobrino siempre ha tenido buen gusto por las mujeres, no le sorprendía que estuviera con esta modelo, aunque por fotos la había notado más bonita, en la realidad se ve muy diferente, como si hubiera envejecido mil años, podría parecer que la tristeza la consume, pero no confía en nadie y ella no sería la excepción, al menos hasta que le demuestre lo contrario.
Algo que la tenía atónita interiormente, es que James parecía querer cosas serias con ella. Ha seguido la relación de ambos por las noticias, y a través de sus propios informantes que tiene infiltrados en Smith Corp. solo con el objetivo de mantenerlo a salvo y protegerlo. No le gusta nada la relación tan mediática que lleva con esta modelo. Tenía muchas dudas e inquietudes sobre ella, y la principal no la dejaba estar en paz.
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TE DESEO
Romance-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...