Cap. 3 Dados del amor

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James Smith

La nota pensativa por unos largos segundos y eso aumentaba su incertidumbre, hasta que escucha sus palabras y entonces termina por sonreír aliviado, si esta mujer seguía así iba a matarlo de un infarto. Poco después ambos ya están arreglados y se encaminan hacia el estacionamiento.

- Que te puedo decir, creo que te he dado suficientes señales. Después no digas que no te lo advertí.

Murmura con una gran sonrisa respecto a sus preguntas irónicas de hace un rato en el camerino. Mientras le abre la puerta del auto para que entre y la mira directamente a los ojos, cada vez que sus miradas se cruzaban se sentía como si tocara el cielo...

Ivy Carter

En el camino se cruza con su mirada, sonríe al escuchar su respuesta y luego niega con la cabeza mientras gira los ojos, pero decide no responder nada a aquello. Entra al auto, el entra del lado del conductor y luego se encamina hasta el hotel.

...

Después de un rato llegan al estacionamiento, bajan y se encaminan a la suite mientras ella se mantiene en silencio mirando al frente.

- ¿Puedo saber qué es lo que quieres mostrarme allá arriba?

Pregunta curiosa mientras se gira para mirarlo.

James Smith

Tras llegar al estacionamiento del hotel ambos bajaron del auto. El clima era nublado y fresco, al parecer volvería a llover. Mientras atravesaban el lobby escucha sus palabras, sonríe y se queda callado un momento prolongado así su curiosidad, hasta que entran en el ascensor donde de inmediato colocó la llave en el detector para que los llevara hasta su suite en el último piso.

- No habría diversión si te lo digo de inmediato. ¿Tienes idea de lo emociónate que es ver tu expresión de desconcierto y sentir tu intriga a flor de piel? Es algo que pienso prolongar todo lo que pueda.

Responde con la diversión reflejada en su tono de voz, realmente le causaba gracia verla así, luego le mira con una sonrisa maliciosa y a la vez traviesa.

...

Poco después ya estando en la suite se da cuenta de que efectivamente está lloviendo nuevamente, por lo que la condujo hasta uno de los sillones de la sale junto a la chimenea. Una vez aquí la convenció de charlar un poco más, ella cada vez le parecía más intrigante y tenía muchas ganas de seguir descubriéndola. Además, quería estar con ella todo el tiempo posible.

Pasaron las horas hasta hacerse de noche, y ambos entre risas, historias, comentarios irónicos y de vez en cuando un par de miradas intensas, se la pasaron conociéndose como si fueran viejos amigos que se conocen de toda la vida. Habían pedido algo de comer y un par de botellas de vino. Hablar con ella resultó ser mucho más fascinante de lo que se esperaba, no tenían tanto en común, pero de cierta forma lograban conectar y eso provocaba que él se sintiera cada vez más cautivado por ella, el momento no podía ser mejor, aunque tal vez él estaba a punto de mejorarlo.

- Debo admitir que hablar contigo ha resultado más agradable de lo que había imaginado. Creo que te has ganado que te diga de una vez por todas por qué te traje aquí, pero antes...

Murmura sonriendo y antes de que pueda responder se acerca y le da un suave beso en la comisura de los labios.

- Por si no te gusta la idea y decides irte.

TE DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora