Cap. 51 Una noche de grandes celebraciones

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James Smith 

Los medicamentos que se tomó en su departamento antes de salir parecían estar haciendo efecto. No tenía rastro del dolor de cabeza, no habían punzadas ni hormigueos, estaba aliviado por eso y más relajado. Quería darle una noche de ensueño a su novia, y no tener ningún rastro de dolor le ayudaba bastante. Sus nudillos igual ya no dolían, aunque seguían levemente enrojecidos por los golpes que había dado con su mano en días anteriores, la cortada sobre su rostro por los pequeños vidrios que habían caído sobre él cuando estuvo en el departamento de Daryl, ya casi no se veía. Y el traje blanco y negro de Armani que llevaba puesto, le ayudaba a verse más presentable. 

Desde que salieron no ha podido quitarle el ojo a su novia, por dos motivos. El primero, es lo maravillosa que se ve. Su novia llevaba un vestido negro que se apegaba a la perfección sobre sus sensuales curvas, además tenía una abertura muy provocadora que dejaba muy a la vista sus largas y encantadoras piernas. Su pelo recogido le daba un mejor acceso a su tentador cuello del que se aprovechara desde que tenga la oportunidad. Ella siempre es hermosa, pero sin duda alguna hoy esta despampanante. Se le secan los labios solo mirándola, se siente más que afortunado de poder llegar con ella de la mano a este evento, aunque a la vez algo nervioso, aunque gracias a la prensa y a que siempre andan juntos ya muchas personas sabían sobre su relación, pero llegar con ella la premier era no solo una confirmación, sino también un gran paso para los dos y su relación.  

La segunda razón por la que no podía quitarle el ojo a su novia, es la misma por la que no puede dejar de sonreír travieso. Podía notar su excitación a simple vista, las bolas ya estaban haciendo su trabajo y estaba encantado con los resultados que veía. Podía observarla respirando con un poco más de dificultad, no dejaba de removerse sobre el asiento, sus labios estaban levemente apretados como suele hacer cuando esta excitada, la forma en la que movía su cuello y lo perdida que estaba en sus pensamientos delataban su calor, el rubor sobre todo su cuerpo no podía faltar, y esa mirada salvaje llena de hambre y deseo sobre esos ojos que lo vuelen loco, termina por excitarlo también. Hace poco que le ayudo a ponerse ese lindo vestido y ya tenía muchas ganas de quitárselo. Si su chica suele ser feroz en la cama sin el efecto de las bolas, no podía esperar por sentir cómo sería ahora. Nunca lo defrauda y está seguro de que esta vez no será la excepción.

La forma en la que ella se tocaba el labio inferior con el índice le daba muchas ideas, quería besarla, quería mordérselo, pero eso no sería una buena idea en estos momentos para ninguno de los dos. No obstante, quería seguir seguro de que ella se encontraba bien así que volvió a preguntarle al respecto. Las comisuras de sus labios se curvan en una grande y orgullosa sonrisa más amplia que la que tenía, cuando escucha la respuesta de mujer. Se veía tierna haciendo pucheros, sobre todo estando así de rojita. Cuando ve al chofer elevar el aire acondicionado, contiene las ganas de reír, suspira largamente y mantiene la mirada fija en su novia. No importa que le pongan el aire acondicionado en el nivel máximo, nada podrá detener el fuego devastador que la irá consumiendo con cada minuto que pase.

Esas bolas la van a excitar tanto que un solo orgasmo no le será suficiente, y conociéndola y conociéndose a sí mismo, no tiene ninguna duda de este último pensamiento. Se acercó más a su novia, tomó una de sus manos con las de él y las entrelazó. Se la elevó suavemente y le dejó un tierno beso sobre el dorso intentado así poder ayudarla a calmar sus emociones. Aunque estaba excitado y orgulloso también experimentaba miedo, le aterraba la idea de que ella al final de la noche reaccionara mal. 

- Relájate nena, no retengas todo el placer que irás experimentando. Aumentará cada vez más, solo debes sentirlo, disfrutarlo y dejarte llevar.  

Le dijo en un tono que solo ambos pudieran escuchar. Volvió a besar el dorso de su mano. Luego clavó su mirada en la de ella queriendo decirle a través de esta lo mucho que la ama y sobre cualquier juego, desea cuidarla. 

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