Cap. 80 Persiguiendo el deseo. (Parte 1)

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Megan Carter

Le crecía un calor entre las piernas bastante intenso con la cercanía de Marcos, su aliento era caliente y comenzaba a alterar sus agudizados sentidos. Ser vampiro intensificaba todas sus emociones, como pequeñas moléculas revoloteándole sin control por todo el cuerpo. Podía escuchar el corazón de este hombre a su lado, definitivamente tenía un deseo por el que solamente crecía. Sabía que Daryl podía escuchar, a pesar de parecer metido en sus pensamientos en la ventana. Me mordió el labio inferior mirando al moreno a su lado, su cuerpo casi le cubría el de ella, su perfume inunda su nariz y esa mirada tan oscura la ponía a desear.

Daryl Carter

-Inoportuno, imprudente e idéntico al tipo que está en la cama ahora mismo. Si sigues por ese camino terminarás igual que él.

Megan Carter

La respuesta de su hermano la hizo sorprenderse un poco, parecía hacer referencia que ella es igual a Ivy y lo llevaría por el mismo camino. El murmuró serio con su tono autoritario y con la mirada aún en el ventanal.

-Ignóralo. Es algo impulsivo.

Miró con algo de ira hacia su hermano, pero luego se angustió un poco de que Marcos fuera a reaccionar mal.

Marcos Villar

Cada músculo del cuerpo del moreno se tensó cuando sus ojos visualizaron a Megan mordiéndose el labio inferior. De estar solos probablemente se hubiera lanzado a esos tentadores y provocativos labios rojos cubiertos por lo que parecía ser un labial carmesí que le hacía notar los labios más sensuales de lo que ya eran. Hubiera besado esa boca en busca de saciar el deseo que claramente ambos sentían el uno por el otro. Frustrado por no poder estar a solas con ella, intentaba mantener una postura detente y una actitud educada. Pero joder, Daryl Carter es una verdadera molestia, desprende arrogancia por cada uno de sus poros y su personalidad para nada sutil y llena de un orgullo negativo, resulta ser muy incómoda, es como si estuviera rodeado de una vibra siniestra y suculenta. No sentía confianza estando cerca de él. Nunca ha sido un hombre que se interese por los desconocidos, suele hacerlo solo con sus muy allegados o cuando le atrae alguna mujer, pero la presencia de Daryl imposiblemente pasa desapercibida. Lo mira de reojo, parecía imperturbable y aún concentrado en el exterior a través de la ventana.

Suspiró y sin dejar de mirarlo de reojo se dispuso a responderle, separó los labios para decir uno que otro improperio, pero no llegó a hacerlo. No suele rebajarse a esos niveles y no dejará que este hombre lo envuelva en su juego, algo que se le da muy bien. Además, es el hermano de la mujer que le atrae y que tiene justo en frente, es consciente de que eso le restaría muchos puntos, y no sería nada educado pelear con el delante de ella.

Haciendo uso de su formalidad y con un tono severo, decide por fin responder:

-Ten cuidado Carter, perro que ladra no muerde.

Por lo visto, Carter entendió muy bien la referencia y milagrosamente no respondió nada más. Por lo que el moreno de ojos claros, volvió a fijar su mirada y toda atención en Megan. Hace un momento la estaba mirando con intenciones de seducirla, pero el mal rollo de Daryl dejó una expresión en su rostro que estaba seguro que a Megan no le pasaría desapercibido. Siempre que está molesto su cara es poseída por una rotunda seriedad. A diferencia de su amigo James, quien en ocasiones sabe muy bien disimular cuando está molesto, al moreno eso es algo que siempre se le ha dificultado, y la presencia de Daryl y sus absurdos comentarios, lo perturbaban hasta ese punto.

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