-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...
Su noche se dividió en pequeños lapsos de sueño, los enfermeros entraban casi cada dos o tres horas para hacer los típicos chequeos, verificando que todo estuviera bien. Su día empezó desde las siete en punto, ya no pudo dormir más, tenía que verse con Marcos a las 8:30am en la ubicación que le iba a mandar. Se dió una ducha rápidamente, al mirarse al espejo ni siquiera es capaz de notar su reflejo, la persona que ve no es para nada quien alguna vez fue, antes se sentía vacía pero al menos controlaba sus emociones, ahora no tiene nada, se siente un cuerpo, solo eso, comienza a darle cierto rencor al verse a sí misma, no le gusta esta Ivy, esa que le ha causado tantos problemas a James, esa que lo ha puesto en este hospital, veía en el espejo un pequeño monstruo, una mini versión de sus hermanos, dañando a quienes más ama. Optó por usar solamente un poco de corrector debajo de los ojos para cubrir las ojeras, se siente vencida pero no quería demostrarlo, está rota por dentro, pero al menos si logra arreglarse un poco viéndose más bonita pueda despistar todo ese dolor, y aunque le costara hará bien las cosas, sin dejar que otros vean lo que en realidad le duele. Alrededor de las siete y media ya estaba lista, se dedicó un rato a hablar con James, suponía qué tal vez Marcos le contó sobre que dirigiría la fundación, pero por si no, ella volvió a decirle.
-Te prometo que cuidaré de esos niños como lo hiciste tú. Confía en mi... Sé qué tal vez últimamente no te dejé saber que puedes confiar en mí, pero... quiero cambiar eso... aunque sea un poco tarde...
Le deja un suave beso en la frente, mientras le acariciaba las mejillas con una pequeña sonrisa. Mirarlo así realmente le duele, un tipo de dolor que jamás había experimentado, tiene un nudo en la garganta que difícilmente le dejo hablar.
-¿Te digo una cosa? Por primera vez desde hace mucho tiempo he pensado en iniciar mi día siendo positiva, ¿ves? Aun cuando estás así me haces cambiar. Recuerdo esa sonrisa y esa felicidad en tu rostro cuando despertábamos juntos, creo que vi parte de mucho positivismo a tu día esas veces.
Dijo agregando un poco de humor, pero en ese momento también le regresó la última noche en que durmieron juntos, pero en lugar de amanecer ella lo dejó. Tomó aire intentando calmar esa pequeña opresión en medio del pecho, ha cometido tantos errores, y no solo se hizo daño ella misma, también a él. Muchas cosas que odia de sí misma y que no puede perdonarse, muchas cosas que quiere rehacer y no puede. Un par de lágrimas le resbalaron por las mejillas suavemente por los recuerdos, pero rápidamente las limpio, no quiere transmitirle todo eso a James.
-Iré... Iré a la fundación... me encontraré con Marcos y me enseñara a dirigirla bien. No te preocupes que esta vez haré bien las cosas.
Le soltó un poco más segura, le dejo un último beso y se dirigió a la salida. En el camino se cruzó con el doctor, quien dijo que estaría atento a James y que lo prepararían para ducharlo. Asintió dejándole saber que saldrá por un rato. Poco después ya se encontraba saliendo del estacionamiento. Entre pensamientos le mando mensaje a Marcos diciéndole que ya se encontraba de camino, la fundación estaba un poco lejos así que tardaría un poco en llegar.
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