-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...
El día de partir había llegado. En unos 30 minutos saldría hacia el aeropuerto para regresar a Nueva York pues Ivy nunca le llamo ni regresó. Dándole así la respuesta que tanto temía, ya no quiere saber de él. Eso lo desarmaba por completo, se arrepentía una y mil veces de haberle contado todo sobre él. ¿Cómo es que fui tan imbécil? Pensaba exasperado. Su teléfono no paraba de sonar con llamadas y mensajes de Amanda, la mujer parecía no cansarse de ser ignorada. Algunos de los mensajes eran amenazantes y otros no. La situación comenzaba a preocuparle y se debatía internarme en sí debería involucrar a la policía y evidenciar pronto todo lo que tiene a su favor. Pero odiaba los escándalos y ese sería uno muy grande, así que por el momento decide mejor seguir ignorándola.
-No te conseguiremos novia pequeño. Es mejor que te quedes soltero. Las mujeres son muy complicadas. Seremos solo tú y yo a partir de hoy.
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Le decía a su pequeño cachorro que jugueteaba entre sus pies mientras empacaba la última maleta. Después de unos minutos termina por completo, lo único que le faltaba echar era su corazón roto. De pronto unos gritos le sacan de sus melancólicos pensamientos, conocía esa voz y... ella era la única que tenía el código para poder entrar, pero... no creía que a estas alturas fuera posible. Después de alrededor un minuto reacciona, con total curiosidad y el corazón como si se le fuera a salir por la garganta, camina rápidamente hacia la sala pues de allí escucho venir los gritos. Se para en seco a distancia cuando confirma que la mujer de su vida está parada frente a él. ¡Realmente era ella! ¡Ahí está! Aunque le mando el arreglo y la carta no pensó que en realidad funcionaría.
-Ivy...
Es lo único capaz de decir. Se mantenía a distancia de ella pues, aunque quería acercarse y abrazarla no era capaz de seguir moviéndose. Desde su posición analizo rápidamente su rostro. Podía ver el mismo dolor que sentía reflejado en sus ojos y eso le hizo suspirar pesadamente. Odiaba saber que ella estaba sufriendo por su culpa. Pero ahora mismo era incapaz de articular alguna palabra...
" Enserio habrá vuelto por mí?, ¿decidirá darme otra oportunidad?, ¿me perdonará?,
"¿Será buena idea que sigamos juntos después de todo?"
La mente se le llevaba de dudas y preguntas con cada segundo que pasaba.
Ivy Carter
Estaba a punto de recorrer el departamento, se negaba a pensar que ya había partido cuando de pronto lo ve, frente a ella diciendo su nombre. El corazón a se le llena de alegría y alivio al escucharlo decir su nombre. Por su cara expresaba que claramente no se esperaba verla e incluso parece ver cierto brillo en sus ojos. Verlo de nuevo le acelera el corazón aún más. No sabía cómo expresarse sin embargo haría el intento.
