- ¿Señora Smith?
Preguntó la enfermera mirando a los pacientes que esperaban en una de la sala de esperas de cuidados intensivos, del hospital. Al ver que nadie respondió, buscó entre los papeles que tenía en mano y se sonrojó.
-Señorita Carter.
Murmuró la enfermera apenada por el pequeño error que había cometido.
-Lo lamento mucho, fue un error de papeleo.
Se excusó con una pequeña sonrisa amable sobre sus labios.
-El señor Smith quiere verla. Los doctores lo han estabilizado. Tiene un poco de fiebre, pero no se preocupe, es causada por algunos de los medicamentos que le suministraron y es una señal de que su cuerpo está reaccionando. Así que felicidades, el señor Smith ha vuelto a la vida. Puede pasar cuando guste. Y, una última cosa, si se diría quedándose con él deberá tener en cuenta que el señor podría presentar pesadillas a mitad de la noche o alucinaciones como resultado de uno de los nuevos medicamentos suministrados.
Advirtió retirando la mirada de sus papeles, para observar a la mujer de ojos azules que ya se había acercado. Y por supuesto, ¡era nada más y nada menos que la modelo Ivy Carter!, si no estuviera de servicio le habría pedido un autógrafo o alguna foto. La admira mucho y le hubiera encantado una. Aunque la notaba muy diferente, su aspecto físico lucia algo descuidado. Debe de estar muy triste.
Eso le dio una idea, estaba a punto de decir algo que no debía, no tenía permitido asegurarle esperanza a los pacientes o sus familiares, pero esta mujer parecía estarlo necesitado, y él impulso por querer ayudarla fue mayor que la prohibición. Miró a todos lados y cuando se aseguró que nadie podría escucharlas, la enfermera le informo:
-No debería estarle diciendo esto, pero... el señor Smith ha despertado con mejorías que son muy inusuales en pacientes que sobreviven a un coma. Todos los doctores están perplejos. Nadie se explica cómo es que puede mirar y hablar sin dificultad o simplemente respirar por sí solo. El señor Smith es toda una revolución de la medicina, ese hombre es más fuerte de lo que se podría creer y ha dado resultados impresionantes. Si el sigue así, no tardará mucho en recuperarse. Además, su primera petición fue querer verla a usted, así que no tarde.
La enfermera sonrió con amabilidad y el corazón casi en la boca. Se supone que no debería haberle dicho nada de esto a la mujer que tiene frente a ella, pero en su corazón sentía que fue lo correcto...
Ivy Carter
Tenía el corazón palpitando a cada milésima de segundo, le temblaban las manos. No sabe si está soñando o de verdad está pasando y James está despierto. Al principio no sabe cómo reaccionar a las palabras de la enfermera, ese pequeño rayo de esperanza que le dió la calmó un poco. Esta más que necesitada de ver a James, todos esos minutos que han pasado desde que la sacaron de la habitación la tuvieron tensa y ansiosa, parecieron una eternidad, y ahora que puede pasar, y que por fin está despierto, tiene miedo, sus piernas parecen no responder, pero ha estado esperando por esto desde hace tres semanas, no le quiere dar rienda a su mente para pensar de más, no ahora.
Asintió y le sonríe brevemente a la mujer agradeciéndole por sus palabras. Era extraño que James pudiera recuperarse de esa manera, y definitivamente no le interesa el cómo, solo quiere que siga mejorando.
-Te lo agradezco.
Murmuró agradeciéndole por última vez, no es de hacer estas cosas, pero es parte de su cambio. Avanzó hasta a la habitación sintiendo cómo le temblaban las piernas, está nerviosa completamente, pero más allá de eso está llena de emoción, de alegría porque por fin podrá volver a verlo a los ojos, aún sin saber lo que le espera. Abre la puerta, el doctor Rogers aún seguía a su lado, siente cierto rencor y enojo hacia el después de lo que acababa de pasar con Janet, pero intenta concentrarse en su novio. Su respiración se corta al ver que realmente está despierto, la adrenalina le salta por todo el cuerpo y los ojos se le llenan de lágrimas, ha estado rogando por que volviera a abrir los ojos y por fin sucedió.
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TE DESEO
Romance-Me gustaría estar ahí contigo, desnudarte poco a poco mientras te estremeces bajo mis dedos, abrir totalmente tus piernas y saborearte, jugar con tu cuerpo hasta llevarte fuera del mundo aún entre esas cuatro paredes. Luego poseerte, hacerte mía y...