CCLVII

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Príncipe You


Al escuchar esa pregunta de Jun Hua, príncipe, no pareció molestarse en lo más mínimo. —Ya veo. Entonces deberías seguir adelante.

Esa respuesta seguramente estaba fuera de sus expectativas. Jun Hua descubrió que era realmente interesante hablar con este príncipe aparentemente enfermizo. ¿Qué le hacía no tener ningún sentimiento hacia su propia familia?

—No sabía que no te importaba tu propia familia.

—Solo me quedan unos meses de vida, ¿por qué debería preocuparme más por ellos? —el príncipe You se encogió de hombros. Su tono era como decir algo casual y no algo que realmente le preocupara a sí mismo.

Jun Hua miró hacia los ojos del príncipe. ¿Dónde lo había visto antes? Finalmente, recordó. Son  los mismos ojos de su segundo hermano, Jun Kang, antes de que ella lo ayudara en el pasado. Esos eran los ojos desprovistos de emoción y sentimiento. Ya se había rendido.

—¿Te importaría decirme qué pasa?

El príncipe no lo dudó y abrió la puerta. Jun Hua entró con el príncipe y tomó asiento en la sala de estar.

—Fui envenenado hace mucho tiempo por mi propio hermano, sin embargo, no estoy seguro de cuál de ellos. Debido a eso, mi esperanza de vida se redujo y elejí distanciarme de la batalla por el trono.

Aunque el príncipe You lo dijo con un tono simple, Jun Hua sabía que el asunto podría no ser tan simple. En el propio Reino Ming, había mucha gente que odiaba al emperador por lo que les hizo, pero ninguno de ellos logró hacerle pagar. Eso fue hasta el año pasado.

Al mirar los ojos sin vida del príncipe You, de alguna manera, Jun Hua sintió que su apariencia era similar a una que ya no tiene ganas de vivir.

—Incluso con el antídoto, ¿no puedes ser salvado? —Jun Hua preguntó inquisitivamente.

—Es demasiado tarde y no quiero beber más de eso.

Los labios de Jun Hua se crisparon. Finalmente se da cuenta de lo que hace que este príncipe se vea tan extraño al perder las ganas de vivir.

—¿Hay alguien importante para ti que haya muerto recientemente?

—Mi prometida. —respondió el príncipe You. —Estás bastante informado.

Ella no sabía nada sobre la prometida de esta persona. Eso fue solo una suposición ya que recordó cómo actuaron Soujin y Yan cuando se enteraron de la muerte de su hermano. Resultó que su suposición era correcta, aunque no fue su intención.

Jun Hua negó con la cabeza. —No deberías haberte torturado solo por eso.

—No tengo más motivos para vivir. —dijo el príncipe You. —Dejé de tomar la medicina y podré reunirme con ella nuevamente en el próximo mundo.

No hubo manera de convencer a este hombre, ¿verdad? Jun Hua sintió que ya no podía hablar con él o realmente podría dejarse llevar por su lógica. Pero su amor fue realmente asombroso. De querer quedarse con la persona que ama, aunque fue realmente drástico.

s¿No tienes a nadie que se preocupe por ti?

—No lo tengo. Ella era la única que me cuidaba. Con mi cuerpo enfermizo, ¿Quién querría acercarse?

Hace tiempo que había salido de la batalla por el trono. Todo lo que quería era vivir en paz con su prometida, pero el destino le estaba diciendo algo diferente. No podía quedarse con ella y tenía que vivir su vida solo.

Jun Hua no podría decirle que buscara un nuevo amor. Debido a que había comenzado a comprender el sentimiento en sí, sabía que una vez que realmente le había entregado su corazón a la otra persona, no podría retractarse fácilmente de nuevo. Esa era la única razón por la que todavía reprimía sus sentimientos y no se permitía entregarse por completo a ese sentimiento.

—Ya veo. Antes de tu muerte, ¿quieres ver la destrucción de la familia real del Reino Kai?

El significado de Jun Hua era simple, si él no quería verlo, ella podía enviarlo primero. Pero si él quería verlo, ella lo permitiría y lo dejaría morir de muerte natural.

—¿Cómo es posible que un niño como tú perturbe todo el Reino Kai? —el príncipe You lo miró con incredulidad. El chico que tenía delante era sorprendentemente confiado y un poco arrogante. Pero, por la forma en que lo dijo Jun Hua, sabía que el niño hablaba en serio.

Jun Hua sonrió. —Haré uso del príncipe loco, por supuesto.

—¿Príncipe loco...?

El príncipe You recordaba vagamente sobre su hermano, Yang, que ha sido etiquetado como un príncipe loco por la gente de la capital. La razón era que se asustaba mucho cada vez que veía una flecha cerca de él. Definitivamente huiría o empezaría a sudar antes de gritarle a los demás.

Sin embargo, no conocía los detalles, solo sabía que desde el momento en que estalló la pelea y él participó en ella, les tenía mucho miedo. Solo por esa razón no tenía ningún arquero en su residencia.

—¿Tienes arco y flecha? Necesito tomarlos prestados.

Al ver la sonrisa en el rostro de Jun Hua, el príncipe You podía sentir el pavor, e inconscientemente retrocedió por el miedo. El niño frente a él no era un niño común. ¿Cómo podía dejar escapar un aura tan fría y hacer que se alejara de él solo con palabras tan simples?

Jun Hua no pareció sorprendido por la reacción del príncipe You. Ella había adivinado que su aura debía alcanzarlo. Desde la batalla con Lan Pan, su aura se había vuelto aún más poderosa, y la presión que exudaba podía hacer que una persona común se pusiera a sudar y no se atreviera a moverse en absoluto.

—Los tengo, por favor espera un momento. 

—Gracias.

Flores florecen desde el campo de batalla (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora