El Doctor Cullen

Capitulo 89

- El centro comercial cierra en una hora - Dijo Dafne, ya se estaba empezando a vaciar el recinto.

- Lo sé - expresó Paul, no parecía preocupado, con los empaques acumulados sobre la mesa, parecía que había comido una tonelada de hamburguesas, si que le estaba sacando lustre a la tarjeta, que le dio Alice.

- ¿Y que vamos a hacer? Alice dijo que nos quedemos aquí, se llevó el auto y a Seth, nos dijo que no caminaramos por calles oscuras y mucho menos por una que tuviera una lámpara rota que titilará, ¿Porqué se tenía que llevar el auto? - Yo parecía la única nerviosa de los dos.

- Porque Seth no podía correr por medio Seattle transformado, nadie iba a creer que era la nueva raza de perro MegaMax, además no quería que vuelvas sola a tu departamento -

- ¿Así que por eso no te llevo a ti a la misión importante? -dijo Dafne con un deje de burla.

- Esa misión era buscar a la doctora novia del doctor, la verdad no me incumbe -

- ¿Entonces porqué fue Seth? -

- Lo que pasa es que él es un amante de sanguijuelas, pero que se le va hacer lo lleva a la sangre -

- ¡Auch! No me pellizques -

- Te lo merecías por insolente, la única que se mete con ese cabeza hueca soy yo -

- Vamos -

- Dijo que no nos fuéramos -

- Supongo que las cosas se agravaron y no pueden venir a buscarnos, no vamos a escondernos en una tienda -

- ¿Ahora lees mentes? -

- Eres muy obvia -

- ¿Se puede saber porqué no me pude quedar con Seth? Además ¿Porqué estamos en peligro? -

- Estás últimas semanas hubo muchas muertes y desapariciones sospechosas en esta ciudad, estábamos al corriente pero no tenía nada que ver con la manada, porque no es nuestro territorio, Leah nos dijo que Seattle se estaba convirtiendo en un criadero de vampiros -

- Y no se les ocurrió que meterse en territorio enemigo era una locura -

- Pensamos que dos lobos y una vampira era protección suficiente -

- No estoy preocupada por mí seguridad, si no por la de ustedes cabezota -

- Estas preocupada por mí -

- No me refería a eso, más vale que me sueltes -

- ¿Quien se puso roja? -

- Eres el ser más insoportable del mundo -

- Gracias - Contestó Paul como si fuera el mejor halago del mundo.

Cada gota de mí paciencia se la llevaba la corriente, no sabía que más podía salir mal...

Hasta que se desató un diluvio, Dafne levanto la cabeza y dijo gracias. «No sabía que le gustarán tanto las tormentas» por fin llegamos a un hotel, se veía caro pero después de todo invitaba Alice.

- Dos habitaciones por favor - le indique a la recepcionista.

- Con una va a estar bien señorita - La interrumpió Paul.

- Ahora volvemos, disculpé - nos alejamos del mostrador.

- No vamos a compartir habitación -

- Es por tu seguridad, no seas tozuda, no te voy hacer nada -

- Lo prometes por el dedo meñique - dijo levantando la mano Dafne.

- Que ahora tienes 5 años - soltó Paul con un bufido.