¿Escapando?

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- ¡Ah no, ustedes no van a ningún lado! - La vampiro bloqueo la ruta de escape.

- ¡Alice, por favor! - Chilló Alex, ya tenía suficiente fiesta para toda una vida.

- No pongas esos ojitos, Edward jugo muy bien sus cartas pero ustedes no se me escapan - Dijo Alice empujándolos a la fiesta de nuevo, como si fueran dos niños traviesos.

- Por lo menos - Expreso Alex.

- Lo intentamos - Concluyó Carlisle.

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Dafne se moría de la vergüenza, Alice ya estaba planeado su boda junto a su madre, todo por un estúpido ramo, ni siquiera se lo habían pedido, ni terminaba la secundaria, no sabía lo que pensaban estás mujeres.

- Así que mocosa ¿Cuál de tus amigos de jardín de niños en él afortunado? - Dijo David acercándose a su compañera de baile.

- No me interesa el matrimonio señor - No le iba a dar el gusto de decirle cuan irritante era que me llamara mocosa - Además que te haces pensar que no hay una afortunada por ahí esperándome - Concluyó Kayla con una almibarada sonrisa.

- Por lo roja que te pusiste cunado te tome entre mis brazos, pensé que te iban más los hombres - Expresó David con una sonrisa petulante.

- Eso caballero, creo que es producto de una excesiva cantidad de champagne en mí sistema - Dijo alejándose lentamente no quería darle ventaja - No pienso discutir mis gustos con usted - Kayla se fue a paso tranquilo, sintiendo la mirada de David sobre ella.

David se amonestaba por interesarse en una chiquilla, pero ella definitivamente era divertida, no sabía si era audaz o tanta, al no temerle.


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- Tuve que sobornar a Emmett - Dijo Alex alegre de su proeza.

- ¿Cómo lograste tal hazaña? - Cuestionó Carlisle feliz de por fin estar solo con su al fin esposa.

– Le dije que era mí favorito y le prometí un fin de semana con mí entera atención – Aclaró Alex con una ligera sonrisa.

- Sabes que si comparan notas, van a descubrir que todos son tus favoritos, lo segundo no sé cómo lo vas a lograr – Dijo conteniendo la risa, Alex tenía que hacer varios malabares para administrar su tiempo.

- ¡Pero es la verdad! - Exclamó con un perfecto puchero, había aprendido cosas geniales de cada uno de sus hijos y sobre todo los amo con toda mí alma.

Alex se sentó en el sofá perdiéndose en un mar de tul...

- Nunca me sentí tan agotada en mí vida - Dijo cerrando los ojos, estaba segura de poder quedarse dormida en cualquier segundo.

- No lo creo mí vida, te ví durante tus turnos, una vez casi te quedaste dormida en medio de la operación - Expresó Carlisle mientras le sacaba los zapatos para que esté más cómoda.

Alex se escondió entre la basta tela - ¿Como lo supiste? - Estaba roja de vergüenza, ¿Porque  justamente él, tenía saber cada aspecto vergonzoso de su vida?

- Los chismes corren como la pólvora en el hospital, con mí oído, es casi imposible no enterarme de todo - También era que prestaba especial atención cuando escuchaba la mención de su nombre.

¿Sabría algo de sus deprimentes citas y su romance con el chico de administración y ese paramédico? Moría por preguntarle, pero sabía que había cosas que era mejor ignorar, si su ineptitud era un chisme, su vida amoroso a la ausencia de ella, seguro era la comidilla del pueblo.

- Podrás dejar de esconderte esposa mía - Dijo Carlisle mientras intentaba vislumbrar su rostro entre la tela vaporosa.

- Si te olvidas de cada aspecto bochornoso de mí existencia hasta el día de hoy, podría contemplar salir de mí caparazón - Afirmó Alex lo más severamente posible.

- Lamento no poder mentirte pero cuando uno sufre mí condición puede recordar todo, cada detalle, por más doloroso que sea - Los ojos de Carlisle revelaron un profundo desazón, todavía recordaba como si fuera ayer a ella riendo con su último novio, el tocando su brazo, besándola, le costó tanto no matarlo, no tener su primer y único desliz, se convencía que Alex no era suya, no debía intervenir en su destino, tenía que conformarse con cuidarla a la distancia y esperar que fuera lo más feliz posible.

Se encontraba tan ensimismado que no sintió a Alex moverse, ella se sentó en su regazo o más bien prácticamente se lanzó sobre él, gracias a los reflejos de Carlisle no termino desparramada en el suelo - Estabas en otro mundo ¿En quien piensas en nuestra noche de bodas? - Dijo Alex mientras indagaba los puntos sensibles en su flamante esposo, al ir abriéndose camino sentía que desenvolvía el mejor regalo de su vida.

– Por supuesto que en ti – Expresó dulcemente mientas le deshacía el complicado peinado en pocos segundos – Me encanta tu pelo suelto –

– Yo diría que me disfrutes ahora para tener que pensar luego – Susurro Alex mientras despeinaba a su siempre ecuánime doctor.

– Me vuelves loco – Dijo antes de encerrarla contra su cuerpo y el sofá.

– Espero siempre provocar eso en ti – Dijo Alex con una sonrisa pícara, era tan excitante ver a su esposo desgarrar el vestido de novia, ya no había tiempo para pensar quería tocar su piel, sentirlo dentro suyo, cada gramo de su ser lo quería con desesperación.

El vestido, los zapatos, la corbata, el saco, el cinturón, la camisa era un reguero de ropa que llevaba directo a la alcoba matrimonial, Carlisle la arrojó sobre la cama y al segundo estaba sobre ella la deseaba tanto, sus manos, su lengua no alcanzaba, cada gemido que escapa de los labios de Alex, era una tortura para su dolorosa erección aprisionada en su pantalón.

La atención de Carlisle no pudo evitar centrarse en el peculiar liguero de su esposa, no pudo evitar besar la parte interna de su muslo mientas jugaba con él, la ligera succión iba dejar un estrafalario camino en las piernas de su esposa, esperaba que le guste usar pantalones – Pensé que era tradición usar algo azul pero el rojo te queda esplendido – halago Carlisle intentando desatar el nudo con los dientes sin estropear la prenda. 

– ¿No lo recuerdas? Si tenía algo azul, estaba en mí tocado – Dijo sonriendo, ahora de seguro el pobre broche, estaba tirado en alguna parte del living.

Carlisle sonrió como un bobo enamorado al reconocer la prenda...












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Gracias a cada uno que sigue la historia, a pesar que se hizo mucho más larga, muchísimo no estaba contemplada para más de 30 o como mucho 40 capítulo, se que al día de hoy son pocos lo que continúan leyendo pero los aprecio mucho 🤩😍.
Cuando la empecé jamás pensé llegar a 370k lecturas y 27k votos, me parece una locura y me hace muy feliz.
No sé cuánto falta para que termine, pero agradezco a todos los que siguen conmigo, nos vemos en el próximo capítulo, los quiero infinitamente...

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El Doctor CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora