El Doctor Cullen

Capitulo 97

- ¿Estás son las mascotas de la familia? - Pregunto Tia, seguro se iba a llevar bien con Rosalie.

Todo paso en unos pocos instantes, David se estaba riendo de los cachorros, ¿Donde estaban sus dueños para controlarlos? Suponía que la boda tenía distraído a más de uno.

Tia estaba en su mundo, pensando que más podía salir mal, capaz dejar la protección de Amun fue una mala idea.

Benjamín estaba curioso, solo había visto lobos en imágenes y películas, se veían más pequeños, quería verlos más de cerca, grave error al bajar un par de ramas fue tumbado por uno nube marrón de pelo, tener a un lobo del tamaño de un caballo encima, no era la posición más cómoda, Benjamín estaba por arrojarlo lejos con unas cuantas rocas y raíces, cuando hicieron contacto visual, todo se detuvo un par de segundos, los ladridos cesaron y un silencio inquietante invadió las penumbras del bosque.

«Me están jodiendo» Refunfuño Jacob.

«Callado te ves más bonito» Dijo Leah con un nudo en la garganta.

«Joder Leah, ustedes y su maldita Maldición Clearwater» Jake estaba impacientando, no podía creer lo que veían sus ojos.

«Malsito lobo impertinente, nosotros no tenemos ninguna maldición» Le replicó Leah, ya le estaba por dar sus buenos madrazos.

«Y como le llamas a ésto, ¡Eh! Amante de chupasangres, no sabía que esto podía pasar, voy a continuar mí vida con una venda bien gruesa sobre mis ojos, este mundo no es seguro y los malditos ancianos no se van a reír de mí»

Leah se canso de lo histérico que estaba Jake y lo atacó, tenía que sacarse el estrés de alguna forma, se alejaron entre una maraña de colmillos y garras, ya vería como iba a ayudar a su hermanito mini imán de desastres.

David estaba convencido, los chuchos seguro consumieron algún hongo alucinógeno por error, tal vez les diera una clase de cuales era seguro comer después que pasaran los efectos, Tia por su parte estaba entretenida sentada en una rama viendo cómo Benjamín trataba de sacarse al efusivo lobo de encima, nunca habían tenido un Perrito así que la experiencia sería novedosa para Benjamín, además disfrutaba mucho de su risa hace cuando que no la oía.

Intentaba resistirse lo más que podía a la risa, el muy maldito le estaba lamiendo la cara lo cual le causaba cosquillas, además de lo absurdo de la situación, primero pensó que estaba en peligro y estuvo a punto de lastimar al pobre animal, después él descomunal lobo, se lanzó a hacerle cariño a él, como si fuera lo mejor que le pasó en el mundo, no era tan ignorante de cultura general, supuestamente este era el recibimiento que le daban estás bestias caninas a sus dueños cuando volvían a casa, será que el chucho estaba resfriado y no había reconocido su olor o tal vez se parecía a su amo, la cuestión es que nadie lo ayudaba y el no podía revelar su poder así como así, además no podía solamente arrojarlo lejos, no tenía corazón para eso.

- Es habitual que tu compañero se lleve tan bien con los caninos - Pregunto David, sentándose en la misma rama que Tia, ella se tapo la cara con una mano intentando ahogar su risa, lástima que no tuviera una cámara para imortalizar a su hermano en esos momentos.

Seth irguió las orejas al escuchar esa odiada palabra, su lobo se puso celoso enseguida, se separó un poco de el vampiro circunstancia que es susodicho aprovecho para escapar, su parte racional le decía que el iba a ser cualquier cosa que él necesitará para ser feliz, lo único que en verdad podía lastimarlo era que no lo quisiera para nada, igual su corazón perruno se estrujó por tres dulces segundos pensó que tenía una oportunidad con él, no es que fuera mal agradecido tenía una familia y una manada que adoraba, pero el siempre estaba en la periferia, todos se estaban imprimando y a él todavía no le tocaba, ya que en un futuro una persona iba a ser el centro de su universo el había tenido la estúpida idea que el también iba ser el centro del suyo, que el amor iba a fluir más haya de la intromisión de los ancestros o los instintos.