Capítulo 83

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Siglos de existencia y no podía descubrir que estaba mal, nunca sintió tanta desesperación, el escritorio se deshacía en sus manos, su autocontrol estaba por lo suelos, llevaba pulverizando cinco teléfonos en lo que va de la semana, estar lejos de ella le pasaba factura, unos ligeros golpes en la puerta interrumpieron su letargo.

- Jefe perdone la intromisión pero hace días que no vuelve a casa, estamos preocupados - por primera vez en su vida Carlisle tenía ganas de decirle que no se meta en sus asuntos.

- No ponga esa cara Carlisle soy muy viejo para guardarme lo que pienso - La desesperación en ese hombre era palpable.

- Carson no quiero discutir con usted, no puedo perder ni medio minuto -

- No la fastidie jefe, nadie quiere estar en sus zapatos, su prometida presenta una fuerte anemia y desnutrición aguda, de causa desconocida, pero la situación fue controlada, los últimos  estudios revelaron que está estable y rozando lo saludable - Carson quería esperar lo mejor.

- Sabe que no es cierto, no puede estar bien cuando casi recibe su volumen en sangre cada día - Carlisle estaba por tirar al mentor de Alex por la ventana.

- Ya llego a su límite jefe, es mejor que vaya a casa descanse este con su familia y sobre todo apoye a mí pequeña, que cada hora me escribe preguntando si sigue cuerdo y cada vez estoy más tentado a decirle que al fin enloqueció - La mirada de Carson era la de un hombre que había vivido muchas catástrofes y había sobrevivido a todas.

- Si no va a casa y pasa cada segundo que pueda junto a la mujer que ama le aseguro que no va a haber arrepentimiento más grande en su vida, porque nada es seguro ella puede estar en este mundo un día más así como 20 años y tenga en claro que ella lo que más odia de su reciente enfermedad, es que la separó de usted - las palabras del doctor Carson no dejaba lugar a dudas.

Ambos se sostuvieron la mirada unos segundos...

- Gracias Carson, espero que el trabajo no sea mucho, le pasó la posta de jefe hasta nuevo aviso y no dude en contratar a alguien que lo ayude, no se cuándo podremos regresar -

- Ya marche a casa Jefe, nos podemos arreglar un par de semanas sin usted, estoy seguro que la doctora Miller me lo va a agradecer - El jefe de cirugía estaba muy preocupado por la salud de su aprendiz, se había encariñado mucho de esa chiquilla insolente.

- Muchas gracias, le pasó la posta de jefe no dude de contratar a alguien, no se cuando podamos volver mucha suerte Carson – Se despidieron con un rápido apretón de manos, el mayor tenía un hospital que dirigir y el otra tenía la importante misión de salvar a su mujer.

No dio más vueltas y corrió hasta el estacionamiento, ya no podía más con la ansiedad de no verla.

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– ¡Ya vayan! no puedo estar todo el día detrás de ustedes ya saben cuáles son sus responsabilidades – ya estaba por ir a buscar municiones, estoy harta de que no me hagan caso.

Edward fue el primero en retirarse, alertado por mis pensamientos supongo, Alice le siguió llevando a Jasper de la mano, Rose se fue renuente pero le vendría bien tomar un poco de aire fresco.

– Emmett deja de esconderte trás el sofá, no soy vampiro pero tampoco tonta –

– Mamá no te puedes quedar sola – el puchero de mí osito menor casi le gana, últimamente estoy muy sensible.

– Soy perfectamente capaz de cuidar de mí y de Alana –

– Ya lo sé, pero hay neófitos sueltos, vampiros nómades al acecho, desastres naturales, incendios forestales, un posible ataque zombie – Alex agarró el rostro de Emmett para que dejara de desvariar.

El Doctor CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora