El Doctor Cullen

Capitulo 65

Porque tu sonrisa
Es mi felicidad...

Mientras Alex estaba perdida en los besos de Carlisle,  eran rodeados por un grupo de vampiros furiosos.

¡Porque la locura se comparte!

- ¡Papá! - El gritó de Alice resonó como un trueno en el tranquilo paraje - ¡Cómo nos puedes hacer ésto!

El caos a recién comienza...

- ¡Traidor! - Emmett estaba de verdad dolido - Me opongo a qué se casen a escondidas, ¿Cómo se te pudo cruzar tan aberrante idea por la cabeza? -

– ¿Quién en su sano juicio se escapa para casarse? – Vociferó Jasper con una voz que te hela la sangre, la verdad que no quiero al vampiro rubio como enemigo.

– ¡Nunca te lo vamos a perdonar! – Emmett y Alice dijieron al mismo tiempo parecían los más alterados.

– ¡Papá! Alex se merece una boda como corresponde – agregó Rosalie, quería que su futura mamá tuviera todo lo que le arrebataron a ella.

– Doctor Cullen que les hizo a sus hijos y ¿Porqué visten de gala? – Alex se puso en jarras si ellos estaban enojados debía ser por algo.

– Muy pronto van a ser nuestros hijos, yo que tú me iría adaptando a la idea dan mucho trabajo, aunque ya veo que te pones de su lado sin escuchar lo que tengo que decir en mi defensa – expresó el doctorcito con esa sonrisa de casanova que me vuelve loca, ¡Maldición concéntrate! Repite después de mi estás enojada con él. Por fortuna el lector de mentes todavía no llega.

– ¿Dónde demonios se metió Edy? Por eso no hay que contratar pianistas dentro de la familia – refunfuño Emmett – Para la próxima  secuestramos o contratamos a alguien de la filarmónica –

– Tampoco está su perro guardián ¿Que raro? – reafirmó Rosalie.

– Qué extraño hasta casa fueron con nosotros, siento que me olvidó de algo – Termino de completar Jasper pensativo.

– Leah tenía problemas con su ropa de gala, no sabía dónde transportarla y no quería que Edward cargará con su vestido, además alardeó que nos alcanzaría enseguida, ya que es la más rápida de la manada – movió la mano restándole importancia. Estaba muy enojada sin ellos no se podía celebrar la boda improvisada que tuvo que planear en tiempo record – La próxima vez que los vea, les voy a arrancar la piel a tiras, arruinaron todo mi trabajo –

– ¡Tranquila enana demoníaca, vas a asustar a mamá! – dijo Emmett alborotando su pelo que por una vez llevaba peinado –

– ¡Te voy a matar maldito grandulon! – mientras Alice perseguía a Emmett con aire asesinó, Rosalie y Jasper se sentaban en un tronco caído a presenciar el espectáculo, también apostaron por quién iba a ganar la contienda.

– ¿Ya dime qué les hiciste? – No soportaba la intriga, además con mi ropa de montaña me siento fuera de lugar.

– Más vale seria que pensé hacer, decidí huir contigo y casarnos a escondidas – lo dijo como si no fuera a romper ningún plato.

– Estoy segura que con tus muy bastos años de experiencia, habrás podido predecir este desastre – Alice le estaba por arrancar la cabeza a Emmett.

– Tranquila lo puedo rearmar – La paz con la que dijo esa frase me enerva.

– ¡Alice deja el cuello de tu hermano dónde está! – la duende lo soltó.

– Gracias, Má – expresó con su sonrisa de niño bueno.

– Tu no te vas a ir de rositas, una semana castigado por lo que sea que hayas hecho – tenía que empezar a poner límites.

– Pero mamá – parecía niño chiquito reclamando.

– Ningún pero, eso es parte del contrato de ser adoptado, lo agregue en el párrafo dos del anexo 6 – la cara de Emmett era para morirse de risa.

– ¿Mamá eres doctora o abogada? – dijo el ocurrente de mi hijo el oso.

– La verdad es que hay que ser todo si te vas a convertir en la madre de cinco vampiros entrados en años, congelados en su adolescencia y que se comportan como niños de kinder –

– ¡Mamá! – Exclamaron lo 4 juntos, por fin se ponían de cuerdo, aunque sea para reclamar me, capaz también tenga que abrir un libro de quejas.

13/10/20.
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