El Doctor Cullen

Capitulo 91

Charlie estaba feliz de volver a su hogar, tener otra vez a dos mujeres en la casa era complicado y gratificante, después de pasar 20 años solo, era agradable tener compañía, lo malo Bella y Amaya no congenian, pero no es demasiado complicado, mí hija sigue haciendo su vida normal antes de que llegara ella a nuestras vidas, creo que tácitamente acordaron ignorar la existencia de la otra.
Lo que me perturba es que en un par de meses se va a ir a la universidad y supongo que ella también se va a ir y otra vez voy a estar solo.

Al entrar a la casa se encontró con Amaya - Hola - hoy estaba muy hermosa, pensó Charlie.

- Hola Charlie - Dijo Amaya antes de salir.

Ya eran las once, era tarde para ir caminando a cualquier lado aunque fuera Forks - Espera ¿Quieres que te llevé? -

- No es necesario, no quiero molestar -

- No me molesta, ya es tarde -

- Puedo cuidarme, de enserio, deberías descansar, últimamente hubo mucho trabajo -

- Yo digo que si te acompaño vamos a volver mucho más rápido los dos, no podría dormir pensando en que estás ahí afuera vagando por las solitarias calles del pueblo -

- Está bien, usted gana jefe - dijo con una pequeña sonrisa, era lindo que se preocupará por ella.

Se subieron a la patrulla - Entonces a ¿dónde vamos? -

- Hasta el departamento de Dafne hace dos horas que no me responde los mensajes, también le hable a mis sobrinos pero ninguno me contestó, todavía no quise llamar a Sue porque lo quiero alarmarla en vano y menos con el asunto de Harry - No quería que le dé un segundo infarto.

- Seguro está bien - Charlie lo esperaba con todo su corazón, no quería volver a ver dolor en su mirada.

- Eso espero charlie todo a sido muy duro para mí pequeña, desde que su padre murió, la mudanza, nuestra llegada Forks, me siento tan inútil, no la pude proteger del lado más oscuro de la vida, como me gustaría poder hacer borrón y cuenta nueva en otro lugar - Amaya no pudo evitar que una lágrimas silenciosas surcarán sus mejillas.

Charlie se las limpió - Te apoyo quieras lo que quieras -

- Gracias no tengo palabras para agradecerte todo lo que hiciste por mí -

- No hay nada que agradecer - «Con solo ver tu sonrisa de vez en cuando es suficiente para mí»

Por fin llegaron, Amaya se bajó apenas freno el auto, subió las escaleras corriendo, tocó el timbre varias veces antes de rendirse, no había ninguna luz encendida, y aunque su hija tenía el sueño pesado, todo el estruendo que hizo tuvo que despertarla.

- No está ninguna de las dos - afirmó Amaya con un mal presentimiento, llamo a su hermana para confirmar que no estuvieran ahí, pero Sue le dijo que se fue después de la escuela a Seattle a comprar unas cosas.

- Mí hija me va a matar - miro al cielo nublado intentando contar hasta cien antes de castigar a su hija de por vida.

- Que sucede Amaya, parece que viste un fantasma - dijo Charlie poniendo su mano en su hombro intentando reconfortarla.

- Nada al parecer importante por la voz de mí hermana, mí hermosa e inteligente hija no tuvo una mejor idea que ir a la ciudad sin avisarme, justo cuando hay un reporte diario sobre desapariciones, muertes sospechosas, un posible asesino serial o un gran conflictos de bandas, acosa nunca mira las noticias, encima todavía no volvió, aunque Sue dice que hablo hace una hora con Seth y que están todos bien, no pensaban pasar la noche haya pero se les hizo tarde y se quedaron en un hotel, lo cual no me tranquiliza nada porque estamos a fin de mes y la mensualidad que le doy debe estar en números rojos, temo mucho que hayan mentido -