El Doctor Cullen

La luz de sus ojos

Todo lo que nos diste

Carlisle levanto unos centímetros a su hijo, tenía que asegurarse que la nueva condición de Alex se debía a su pequeño, después de la tercera caída de sus vitales, estaba seguro, lo que sea que estuviera pasando era bienvenido, lo que él no sabía era qué su bebé estaba usando magia accidental inconcientemente para curar a su mamá.

- Sabes te tenemos que alimentar- Le dijo con ternura a su bebé, como padre primerizo de infantes, no sabía cómo iba a hacerlo, pero lo iba a lograr - Alice, Rose, Jasper hágame el favor de  preparar tres mamaderas, una con leche de fórmula, otra con sangre y la última con algún tipo de sangre animal, mejor si es de un carnivoro, quiero ver qué alimentación prefiere o tolera -

Los tres salieron pitando a cumplir el encargo...

Alice fue la primera en volver, con todo lo que venía acumulando para bebé, fue fácil conseguir lo que su papá le pidió - Papá siéntate contra el respaldo, voy a acomodar a Alex, tienes que acunar al bebé así, como si ambos lo estuvieran abrazando - La escena quedó hermosa, Alice saco rápido su celular y empezó a sacar fotos de todos lo ángulos en pocos segundos, aprovechado que la atención de Carlisle estaba enteramente en Alex y en él último de sus hijos.

- Alice pásame el biberón -

- Sí, papá - Dijo solicita escondiendo el celular.

El doctor Cullen uso todo su poder de persuasión, pero el bebé se rehusaba a ingerir ese líquido sospechoso, Alice no se resistió a grabar la situación, era tan adorable, lástima que no podía cambiarle la ropa, para que combinará con su mamá, aunque ya se le ocurriría una forma de conseguirlo, sin separarlo de Alex.

- Bueno, al parecer al príncipe no lo convence la fórmula -

- Es que no huele para nada bien pá - Dijo honesta Alice frunciendo la nariz.

- Es muy probable que tenga los sentidos más desarrollados, sobre todo el del olfato -

- ¡Ay! Como un pequeño cachorrito -

- No lo compares con los chuchos, que después le pegan sus mañas, Alana vive gruñendo ahora se cree una gran loba alfa - Exclamó Rose, pasándole la mamadera con sangre de puma a Carlisle, al bebé le pareció más interesante, abrió la boquita para recibir el líquido vital, pero ni bien lo probó, corrió su carita y la escondió en el seguro pecho de su madre.

- Creo que es bastante quisquilloso - Dijo Rose acariciando la cabecita de su ahora silencioso hermano.

- ¿Porqué está tardando tanto Jasper? -

- Todavía no decide cuál de las bolsas del refri va a ser la más apetitosa - Dijo simple Rose.

- Alice que se apure, todas son lo mismo - Reclamo Carlisle que ya veía que el pequeño hacía puchero, seguro estaba hambriento.

- No, huelen y saben diferentes, no sabemos cuál le guste más a nuestro hermanito -

Rose fue en busca del biberón perfecto, él bebé no iba a pasar hambre, mientras ella estuviera a cargo.

Los hermanos Hale terminaron compitiendo por quien llevaba más rápido el pedido, después de varios empujones y las risas de los demás ocupantes de la casa, llegaron a su destino rompiendo una ventana, la puerta y una pobre cortina en el proceso.

En esta oportunidad no hubo problema, él bebé termino siendo menos selectivo de lo que esperaban, se terminó las dos biberones en un santiamén.

- Parece una esponja -