El Doctor Cullen

Tiempo

David y Emmett jugaron una carrera en el último tramo antes de llegar a la casa, era una competencia muy pareja, pero cumplía su función matar el tiempo y llegar más rápido, una excelente idea ya que la  meta era ver a su sobrina sana y feliz, junto a su retoño.

David gracias a una maniobra muy tramposa llegó primero, reclamo el premio y  sostuvo a Alex en un abrazo eterno, por fin sentía que todo tomaba su lugar.

- Me asfixias - Dijo Alex antes de sucumbir a exceso de amor.

- No aguantas nada - Dijo soltando un poco el agarré,  la risa impregna el aire, sobre todo cuando David es empujado a un lado, por un impetuoso chico ansioso por ver a su...

- ¡Mamá! - Emmett la abrazo con delicadeza, no quería ser tan torpe como su archienemigo, pelear con David se había convertido en su nuevo hobby, era excelente, ya que molestar a Edward y Jasper le comenzaba a aburrir.

- Mí pequeño bribón - Exclamó Alex, devolviendo el abrazo - ¿Estás listo para conocer  a mini Cullen?  - Emmett lo alzó, se veía tan pequeño, entre sus manos.

- Hola hermanito - Lo miraba con adoración.

El bebé soltó un sonido parecido a una risa - ¡Ven! Sabía que sería su favorito, ni bien me conociera - Gritó dando vueltas con él pequeño, por fortuna fue rescatado con presteza por David.

Él bebé mareado le dejo un lindo adorno en la camisa - Emmett  los bebés no se agitan, no son un trago - Dijo con tranquilidad David, mientras Alice le traía una camisa para cambiarse.

- Perdón - Exclamó apenado.

- No pasa nada, él está de maravilla y a vos te espera una hermosa  sorpresa atrás de la casa - Expresó Carlisle, corrió como un vendaval, le encantaban las sorpresas.

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- Eres todo un galán - Exclamó David ya cambiado, limpiando la boquita del bebé con su camisa arruinada - Seguro vas a romper muchos corazones cuando crezcas -

- Nada de eso señorito, todavía falta mucho, centenares de años de ser posible - Dijo Alex tomando celosamente a su niño.

- ¿Vas a ser una mamá celosa sobrina? No te tenía así –

– Hay mucho tiempo, pero no le metas ideas a mí bebé ¡Casanova! –

David levanto las manos – Está bien princesa ¡me rindo! va a ser solo tuyo aunque sea una década completa – Dijo con una sonrisa de medio lado.

– Me conformo con una década y un lustro – Calculaba que solo quince años podría alejar a los buitres, pero estaba tranquila tenía muchos hermanos y hermanas que no iban a dejar que nadie maltratara el corazón de su hermanito, por lo menos sin pagar un precio muy alto.

Kayla, Leah y Edward llegaron en un auto rentado en el aeropuerto varias horas más tarde, tuvieron su tiempo consintiendo al nuevo integrante de la familia, pronto Alex se percató de las miradas intercambiadas entre la Lobita y su padrino, definitivamente ese arroz ya se coció.