¿Toda la verdad?

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- Harry ya paso seis meses con nosotros -

- Merece saber algunas cosas -

- Como que somos vampiros -

- O que él es un mago -

- Ya tiene sospechas de que algo extraño pasa, nunca nos ve comer, tampoco dormir y menos limpiar la casa, porque esas tareas las hacemos cuando ellos duermen - Dijo Edward.

- Apenas logramos que acepte una cama y tú quieres soltarle el rollo que somos vampiros, él un mago y para colmo que tenemos unos lindos elfos - Exclamó frustrado David.

- Lo de los elfos es primordial me da pena que tengan que esconderse - Refutó Rosalie.

- Y se olvidan del detalle de los licántropos - Agrego Leah.

Los vampiros siguieron discutiendo toda la noche, los pros y contras de revelarle parte de la verdad a Harry, los lobos en cambio en algún punto se durmieron, llegado el amanecer todavía no podían ponerse de acuerdo.



Faltaban 5 días para el cumpleaños de Harry, iba a cumplir la extraordinaria cifra de seis años.

Hace un mes se había mudado a la casa de Kayla y David, era de él también, pero todavía no podía considerarla suya.

Ya casi no hacía ninguna tarea doméstica, ahora entre comillas cuidaba de Astrid y los trillizos de Edward, estudiaba las lecciones que se daban diariamente, ya que no iban a la escuela, podía leer bastante bien y con la escritura avanzaba pero era lo que más le costaba, no sabía porque Lyam usaba una pluma y un tintero, a él le daban la oportunidad de usar cualquier de las dos opciones, así que practicaba con ambas.

- ¡Hoy vamos a leer Rapunzel! - Exclamó Rose, junto a Alice le iban a leer el cuanto a los niños, su hija Alana iba a pasar un mes en la reserva con su tía Emily, Rose ya estaba que se subía por las paredes de lo que la extrañaba, así que la única solución que encontró es mantenerse ocupada las 744 horas que iban a estar separadas.

Mientras sus hermanas ponían todo de sí para hacer divertido el relato, Lyam pensaba que el cabello azul eléctrico o un rosa chicle le quedaría mejor a Rapunzel.

- ¡Aaah! - Grito Alice de la conmoción, los atuendos de Lía y Astrid no combinan para nada con su actual color de cabello.

Las niñas estaban la mar de feliz con sus nuevos tonos, Lía Portaba un azul eléctrico y Astrid un rosa muy llamativo, definitivamente a las dos les iba a costar pasar desapercibidas.

- Nosotros también queremos nuestro cabello de colores - Chillaron Sebastián y Brandon al unísono.

- ¡Que es todo este alboroto! - Exclamó Alex llegando a la clase que se daba en el linde del bosque, al ser un bonito día, aunque sin sol.

- Lyam quítale eso a tu hermana y prima -

- Pero les queda lindo, además no tengo control sobre eso -

- Como su abogado, me gustaría saber en que pruebas te basas para culpar a mí cliente - Expresó Jasper - Capaz fue Astrid o hay otro M en la familia - Declaró intentando no revelar mucha información.

- Hablando de eso ¿Dónde está Harry? - Cuestionó Alex, era el otro mago capaz de realizar magia accidental, ya que Astrid hasta ahora no se había revelado como bruja.

- Jasper de dónde sacaste ese traje, yo no te lo compré - Chilló Alice.

- ¡Jass yo no fui! - Exclamó Astrid convencida, había intentado un montón de veces cambiar su color de ojos o pelo infructuosamente en el pasado.

El Doctor CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora