Capitulo 31

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Te necesito

La mire de arriba a bajo de derecha a izquierda y nada, soy pésima detectando, ¿me preguntó con cuántas personas me crucé en esta vida, sin percibir que pertenecían a un mundo sobrenatural?

- Hola - se dió la vuelta rápido, estaba mirando la cartelera de avisos, el sector de alquileres ¿Que le estará pasando?

- Hola ¿Disculpa te conozco? - su mirada era de pocos amigos, sería prudente no molestarla.

- En realidad no, soy doctora estaba de turno el día que te ingresaron, también soy la novia del doctor Cullen, él te atendió, me preocupe mucho por tu caso, su hijo fue el que te trajo al hospital - le dije ésto muy rápido no quería perturbarla, no pude evitar notar que las marcas de garras seguían adornando sus brazos, aunque se estaban desvaneciendo.

Así que sale con el doctor, me preguntó cómo está el chico Vampiro, omití todo eso cuando me reuní con el consejo, ya tengo suficientes problemas sin agregar que un par de Fríos me salvaron, seguro ellos al ser tan buenos preferían mi muerte a deberle algo al clan Cullen.

Estaba mirando las cicatrices en mis brazos, ¿Que tanto sabrá está doctora?

- Soy Alexandra Miller, solo quería saber como estabas – no quería importunar a la chica, mejor me voy puedo colocar el anuncio otro día.

Estaba siendo descortés, esta chica no me había hecho nada, también debo presentarme  – Soy Leah Clearwater –

– Un gusto – nos estrechamos la mano

– Igual – no debo hacer eso van a notar mi alta temperatura.

– ¿Estás mejor? –

– Sí –

Saque de mi bolso el cartel que vine a colgar, estoy en la ruina total sino consigo pronto compañera, no voy a poder pagar la renta.

– ¿Alquilas una habitación? –

– Sí, ¿Te interesa? Mi departamento está a tres cuadras de aquí –

– Justo estaba buscando un lugar donde quedarme,  que no sea muy caro – eso último lo dijo apenada, le señalé cuánto pedía.

– Creo que esto entra en esa categoría, ¿Quieres ir a mirarlo? –

– Si gracias –

El lugar no estaba nada mal, mi compañera parece amable, ahora está preparando un café, en tres días empiezo las clases en el nuevo instituto, no tengo mucho tiempo para buscar.

– ¿A cuánto queda la escuela de acá? –

– Cinco calles – una ubicación prometedora, ya que no te voy auto.

– Si eliges mudarte aquí, prácticamente no voy a estar me la paso en el Hospital – dijo encogiéndose de hombros.

– ¿Te importa si me mudo mañana? –

– Tomas decisiones rápido –

– No quiero pasar un minuto de más en la reserva – se me escapó – problemas personales –

– Te entiendo – Se levantó y revisó un par de cajones – acá tienes un contrato estándar – lo leí mientras tomaba un café, mientras tanto ella se escribía con alguien, supongo que su novio por la sonrisita estúpida, ¿Será que sabe que sale con un vampiro? Bueno no es mi problema.

Firme el contrato, me venía muy bien todo, nos despedimos, la chica no hablaba solo para escuchar el sonido de su voz, no hacía preguntas y me daba mi espacio, sumado a que se iba prácticamente todo el tiempo, era el lugar ideal para vivir, si no fuera porque tenía que asistir al instituto, me convertiría con gusto en una auténtica ermitaña.

– Se puede saber que hacía esa señorita en la casa –

– ¡Ah! – me di vuelta de golpe ¿Cómo demonios este hombre llegó acá? – Casi me matas del susto – lo empuje y el tuvo la gentileza de moverse.

– ¡Que sea la última vez que entras así! –

– ¿Estás haciendo teatro para no responder? –

– No, Carlisle Cullen no me gusta que la gente entre por las ventanas, ¡para eso se hicieron las puertas! – tenía que ponerle los límites.

–Te ves tan bonita enfadada – ¿cómo demonios termine en el sofá con el encima? Cuando comenzó a besarme no pude evitar rodearlo con los brazos, sus manos están recorriendo mis piernas, sus labios abandonan mi boca y se dirigen a un punto muy sensible atrás de mi oreja ¿Acaso es adivino? No puedo evitar soltar un pequeño gemido, puedo sentir su sonrisa contra el cuello, odio que domine la situación, como puedo introduzco la manos entre los dos y desabrochó su camisa, en pocos segundos tengo su torso desnudo, todo para mí, lo obligó a darse la vuelta, le retiró esa prenda odiosa del todo, su piel es tan suave mientras la recorro con mis labios, mis manos no se quedan atrás quiero acariciar cada centímetro de mi Doctor...

El vuelve a tomar el control, me alza y me lleva a la cama, en el camino perdí mi camiseta, me arroja en el centro – ¡Quiero ver más de tí amor! – dije acomodándome para el show – Por supuesto que no señorita, esto tiene que ser equitativo – Su mirada recorriendo mi escasa piel desnuda me hace hervir la sangre – Muy bien doctorcito – me paro en el centro de la cama y me quito muy lentamente mis pantalones, solo estoy en ropa interior, no siento nada de pena para mí el cuerpo humano es hermoso y está aquí para admirarlo, aunque ahora quiero ver de cerca uno en particular, su sonrisa hace que un calor se localicé en mi bajo vientre, se desprende el cinturón y lo arroja para atrás, de apoco sus pantalones caen al suelo, dejándolo solo en bóxer, ¡Oh! A Este hombre hay que hacerle un monumento, volvió a la cama, sus manos encontraban los puntos más sensibles sobre mi piel, estaba totalmente a su Merced, cuando su boca por fin rodearon su pezón, no pudo evitar estremecerse, los dos sumergidos en la neblina de la pasión no dejaban de acariciarse, sus bocas degustaban al otro como si fuera el más fino platillo, no podía aguantar más, necesitaba ser una con él – Por favor – salió como una súplica de sus labios, cuando Carlisle rozó su centro, intento rodearlo con la piernas pero era imposible empujarlo dentro suyo, la espera era una tortura – ¿Que quieres dulce Alexandra? – su murmullo, ¿Que quiere que le diga este condenado hombre? Si tuviera la fuerza para darlo vuelta, joder con éste cabrón lo que quiero está más claro que él agua – Carlisle – absorbió su nombre de entre mis labios.

– ¡Quiero que seas mío! –

– A tus órdenes mi amor – cuando al fin  me penetró me sentí completa, era la misma sustancia, su dureza arremetía implacable contra mí, lo rodeé con los brazos y las piernas quería estar unida a él por cada centímetro de nuestra piel, mi piel estaba perlada de sudor, él seguí tan perfecto, a pesar de la pasión que reflejaba sus acciones que no pude evitar despeinarlo, mis pulmones ya no daban más, mi piel se sentía tan caliente, mi núcleo se cerro sobre la dureza de mi amor, mi orgasmo fue arrollador ni va antes había sentido algo así, con unas pocas estocadas más Carlisle también termino, me atrapó entre sus brazos y rodamos juntos en la cama, hasta que yo termine arriba, me relajé entre sus brazos, la experiencia que acabo de vivir no la voy a olvidar nunca en mi existencia.

– Te amo –

– Yo Te amo más –

– ¡Que insufrible eres! Jamás me dejas ganar –

– ¿Cómo se atreve a decir eso señorita? Hoy se salió por la tangente, para no responder a mi pregunta y la dejé.–

– ¡Claro como si no te hubiera beneficiado! – me acomodé sobre su hombro, y caí en el más profundo sueño de mi vida.

La tapé con varías mantas no quería que se congelé debido a mi temperatura. ¿Porqué Leah Clearwater estaba aquí? Era algo muy curioso, había venido corriendo ya que Alice dijo que no podía ver el futuro de Alex, el trayecto hasta aquí fue un infierno, casi me muero solo de pensar que ella no estuviera, no concibo un mundo donde mi Alexandra no esté, no me pude resistir a hacerla mía, la amó con tanta intensidad que ya no soportaba estar lejos de ella...




Muchas Gracias a todos, me encanta escribir para ustedes, espero que disfruten este capítulo
Los quiero mucho, me emociona que hayamos llegado a las 18k
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El Doctor CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora