Amor Centellante

512 49 24
                                    


- ¿Amor que crees que sea esta vez? - Cuestionó Carlisle mientras acaricia delicadamente el abdomen de Alex.

- ¿Un duende? - Expresó Alex emocionada, sinceramente no le importaría que su nuevo hijo sea un duende, se conformaba con que no iba a ser tratado como elfo doméstico, sus hijos jamás quedarían desamparados.

Carlisle contuvo la risa, estaban en la cama, después de pasar toda la tarde mimando a Alex, hoy a su hijo le tocaba pasar el día con Jane y Alec, al principio le pareció curiosa esa relación, pero como Lyam seguía queriendo ir con ellos, aceptó que eran buenas niñeras y excelente compañía, ya que era la primera vez en dos semanas que se separaba voluntariamente de ellos.

- Creo que será algo más parecido a nuestro Lyam, aunque capaz si tenga orejas peculiares ¡¿Quién sabe?! –

- Un duende sería adorable o tal vez un hada - Exclamó Alex poniendo sus manos sobre la de Carlisle – ¿Que vas a ser porotito mío? –

- En eso tienes razón. Pero no vamos a saber si es una porotita o un porotito hasta que nazca – 

- Capaz sea un porotito mágico  o tal vez no, aunque sería feliz si no se convierte en pelota, perrito o cuando se transformó en pastel y casi me da un infarto, estuvimos así de que los lobos no se lo coma, ahora no estoy muy segura de mí capacidad para la maternidad mágica -

– Estoy seguro que ahora estamos más preparados y mientras sea feliz y saludable todo estará bien -

- Hablando de salud - Dijo suspicaz el doctor Cullen.

- No -

- Si -

- ¿Otra vez? - Alex uso su arma más poderosa, los ojitos aguados de perrito abandonado, pero ni así se ablando el frío corazón del Doctor.

- Tengo que asegurarme que las pociones de Severus no te hagan daño a corto o largo plazo -

Entregué mí brazo cerrando fuertemente los ojos a pesar del tiempo e incontables pinchazos las agujas seguían siendo mí peores enemigas.

- ¡Ya está! no fue tan difícil - Dijo sacándole hierro al asunto, revolviendo el pelo de su amada.

- Eso dices porque no es tu brazo - Dijo con un puchero adorable.

- Bueno princesa como premio pídeme lo que quieras, para sacarte el mal sabor de boca - Mirando todas las pociones arriba de la mesita de noche.

- Bueno entonces quiero una hamburguesa con papas fritas y un kilo de helado de mis gustos favoritos - Dijo con una gran sonrisa, olvidándose por completo todo lo sufrido.

- Voy a preparar tu orden - Dijo dándole un pico, Alex obediente se tomó las cinco pociones, en el orden que recetó Snape.

- Acá tienes - Alex comió apoyada cómodamente en el pecho de su esposo - ¿Y mí helado? - Cuestionó después de pasar otra vez por la tortura que le administraba su esposo por el bien de su salud, por fortuna todo estaba bien y los reponedores de sangre eran excelentes, ya que su bebé se alimentaba mejor de ella que de sangre de extraños en sus primeras etapas de desarrollo.

- Paciencia mí pequeña glotona - Dijo Carlisle limpiando el pequeño desastre que dejó Alex en cinco minutos, la hiper velocidad era muy bienvenida en momentos como este. 

- ¿Mandaste otra vez a Emmett por el helado? -

- Que comes que adivinas -

- La última vez tardo tres horas -

- Está vez se fue con Alana y Lyam, no se cuánto vaya a tardar -

- Pero Lyam está con Jane y Alec hoy -

El Doctor CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora