Yoongi giró la llave y no pasó nada. Hizo una pausa y lo intentó de nuevo, luego sacó la llave, la volvió a colocar y lo intentó una vez más. Pero nada.
-Creo que el coche no arranca- Taehyung asomó la cabeza más allá del reposacabezas del asiento del conductor- Quizás porque hace demasiado frío.
Yoongi apretó los dientes.
-Gracias por la deduccion.
-No hay problema señor- Taehyung sonrió dulcemente, subiendo de nuevo al asiento trasero- ¿Debería llamar a alguien?
-No- Yoongi arrojó algunas cosas en la guantera, la cerró y agarró sus llaves y teléfono- Muévanse muchachos. Caminaremos.
*****
Había cosas peores que pasear por las calles oscuras y nevadas de Seoul a primera hora de la tarde.
-¿Sí claro?- la luz de las farolas bañaba el rostro feliz de Taehyung con un cálido resplandor anaranjado- Y si giras la cabeza súper, súper rápido para respirar rápido, él ni siquiera lo notará- se rió entre dientes y envolvió sus brazos con más fuerza alrededor de sí mismo, cerrando su abrigo y metiendo su barbilla hacia abajo en su jersey de cuello alto.
Yoongi se subió la cremallera de la chaqueta hasta el final.
-O me doy cuenta y esa es la razón por la que ya no recibes golosinas después de nadar.
-¿Qué?- la cabeza de Taehyung se disparó, conmoción en sus ojos- ¡Dijiste que ya no las hacian!- todavía lloraba por aquellas delicias.
-También dije que quieres respirar cada cinco putas brazadas- Yoongi se detuvo a un lado de la calle con las dos manos extendidas, esperando que las tomaran- Ya no puedes confiar en nadie en estos días- agarró a sus sumisos con firmeza y los arrastró por la concurrida calle, mirando a izquierda y derecha, luego trotó el resto del camino.
Seokjin lo siguió, caminando respetuosamente un paso detrás de Yoongi, sosteniendo la mano cálida cubierta de cuero que le ofrecieron. Conocía esta parte de la ciudad. Lo había visto el año pasado cuando las calles habían sido su hogar. Recordó estar sentado en el frío suelo frente a una tienda, viendo cómo todo a su alrededor se transformaba repentinamente en un mercado navideño a fines de noviembre. Cómo se colocaron todas las luces, así como un enorme árbol de Navidad adornado con adornos relucientes y luces brillantes envueltas alrededor. Y puestos de madera de diseño festivo, iluminados con carteles de colores brillantes, se alinearon a ambos lados de la calle. Recordó el delicioso olor de la comida deliciosamente caliente que llenaba las calles. Toda la gente bonita que entra y salia de las tiendas y panaderías decoradas con tematica acorde a la temporada, llevando cajas y bolsas con secretos en su interior. Recordó las cálidas sonrisas de los comerciantes detrás de los puestos mientras arrojaban castañas recién tostadas en conos de papel o vertían cuidadosamente chocolate caliente en tazas y agregaban generosas capas de crema batida para personas con dinero y rostros limpios.