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El último día en el mar, Seokjin no estaba de humor para compartir. Su trasero estaba dolorido y sensible. Se sintió extrañamente emocionado. Lo dejó vulnerable. Su necesidad de estar a solas con Yoongi era tan poderosa que lo enfurecía. Quería tomarlo de las manos y tener fuertes brazos envueltos con fuerza alrededor de su cuerpo. Quería ser el único con quien hablara.
Quería que volviera la tormenta, por lo que todos los fanboys tontos tendrían que quedarse en sus camarotes, en lugar de asediar al hombre pálido y enojado en los estúpidos desayunos de 'Fiesta con Fans'.
Pero no parecía que la tormenta regresaría. No había ni una sola nube en el cielo azul brillante, y el océano se presentó en su forma más tranquila, turquesa y amigable, como si quisiera posar para la próxima foto de postal más vendida.
Seokjin lo miró a través de la ventana del elegante comedor, y luego a otro fanático que pidió una foto con el actual Mister International Leather. Su nombre era Eli, y giró la cabeza en el último segundo para besar la mejilla de Yoongi. Seokjin quería apuñalarlo con el cuchillo para mantequilla.
-¿Qué diablos, Orhan?- Taehyung tomó el billete de dólar perfectamente intacto que el camarero acababa de empalar con un bolígrafo justo frente a sus ojos, y lo miró, totalmente perplejo- ¿Cómo hiciste eso?- no había un agujero, ni siquiera una arruga. Parecía recién salido del cajero automático- ¡Brujería!- Taehyung arrojó el papel moneda junto al bol pequeño con la miel orgánica de México, como si estuviera maldito, y se secó las manos en su jean ajustado.
-Es sólo un truco barato- Namjoon estaba seguro y negó con la cabeza, un poco molesto con todo el servicio de fans esta mañana. Odiaba cuando se interrumpía una comida. Odiaba aún más cuando su jefe era tocado y asfixiado desde todas las direcciones, sin poder siquiera tomar un sorbo de su té matcha en el medio.
Orhan se rió entre dientes de la manera más educada, volviendo a llenar dos tazas en la mesa 108, antes de irse a buscar más frutas y bollos con pasas, porque el joven en el asiento de la ventana parecía especialmente infeliz hoy.
-¡Cambiaste tanto mi vida!- Eli no quería dejar ir al único hombre al que había amado de verdad- ¡Eres todo para mi!- trató de robar otro beso, pero Yoongi lo mantuvo a distancia esta vez, y en su lugar firmó la chaqueta de jean del hombre.
-Gracias, Eli. Prometes ser un buen chico, ¿verdad?- Yoongi cerró su marcador permanente y le dio unas palmaditas en el hombro a su admirador, indicando que su tiempo había terminado- Disfruta de tu último día a bordo- vio por el rabillo del ojo que Seokjin miraba al joven, pero esta vez no lo regañó. Tenía que admitir que la devoción de los fanáticos era extrema hoy, y sabía que su sumiso estaba un poco más sensible de lo habitual, por lo que chasqueó los dedos, exigiendo atención- Estoy seguro de que quieres terminar tu desayuno por mí.
-Hm- eso era cierto. Seokjin quería hacer eso, y cualquier otra cosa que le pidiera Yoongi. Preferiblemente en la privacidad de su suite. Pero esa no era una opción en este momento, por eso tomó un bocado de su bagel sin gluten, asegurándose de que lo vigilaran mientras lo hacía.
